
Existen distintos agentes de socialización.
La socialización es el proceso a través del cual los seres humanos aprenden e interiorizan las normas y los valores de una determinada sociedad y cultura específica. Este aprendizaje, también mencionado como sociabilización, les permite obtener las capacidades necesarias para desempeñarse con éxito en la interacción social.
Partiendo de dicha acepción y significado de la palabra que nos ocupa, es vital señalar que la socialización puede analizarse desde diferentes puntos de vista. Por un lado, podríamos referirnos a ella partiendo de la influencia que la sociedad ejerce sobre el propio individuo. Y por otro lado, podríamos hablar de socialización de una manera mucho más subjetiva.
En este caso, el concepto también puede contemplarse desde el punto de vista de cómo el individuo en particular reacciona y actúa como respuesta a la sociedad.


Importancia de la socialización
En otras palabras, la socialización implica hacerse consciente del entramado social que rodea a cada uno. Este aprendizaje se encuentra posibilitado por entidades institucionales y sujetos que gozan de representación social, quienes propagan los conocimientos culturales necesarios.
Algunos de los agentes sociales más importantes son los centros educativos y la familia, aunque no son los únicos. Los grupos sociales de amistad e instituciones de diversas índole también intervienen en la socialización.
Puede decirse, en definitiva, que la socialización va moldeando la identidad del individuo para propiciar su adaptación a la comunidad. El grupo familiar es clave pero también intervienen los establecimientos de educación (sobre todo la escuela), los medios de comunicación y otras entidades.
Debe destacar que la socialización en la adultez continúa mediante la definición de los roles sociales, la regulación de las relaciones interpersonales y los límites al comportamiento, por ejemplo. Estos procesos incluso se dan en el trabajo y en otras dimensiones de la estructura social.

La educación formal es uno de los mecanismos más importantes de la socialización en la infancia.
El rol de la familia
En este marco, se hace necesario subrayar que la familia puede impulsar la socialización por medio de formas muy diferentes. Así, en primer lugar nos encontramos con una instancia represiva o autoritaria que se basa en la autoridad del adulto, con premios de tipo material, castigos físicos y una comunicación de tipo unilateral.
Un ejemplo de este tipo de socialización es el que lleva a cabo un progenitor que en ningún momento intenta dialogar con su hijo, sino que simplemente ordena y pretende que el niño cumpla sus órdenes. Si el menor no obedece, el padre aplica algún tipo de castigo, mientras que si cumple obtiene como compensación algún tipo de regalo.
En segundo lugar nos encontraríamos, dentro del seno familiar, la socialización participatoria. Este proceso se basa en el diálogo entre progenitores e hijos, contempla recompensas que no son materiales y fija castigos que nunca son físicos sino de tipo simbólico.

La socialización impulsa la interiorización de las normas que rigen en una comunidad.
Tipos de socialización
Los especialistas en psicología, en tanto, suelen hablar de dos grandes clases de socialización: la socialización primaria (cuando el niño empieza adquirir habilidades cognitivas y sociales) y la socialización secundaria (que se desarrolla en entes especializados y con una cierta especificidad, como el colegio o las fuerzas armadas). En ocasiones se alude a la socialización terciaria, que es la resocialización que se lleva a cabo para favorecer la integración social de aquel que incumplió las normas de convivencia y quedó marginado.
El austriaco Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, ha definido la socialización desde una perspectiva del conflicto, como el procedimiento que lleva a un sujeto a saber cómo debe controlar ciertos instintos naturales (innatos) que resultan antisociales.
El psicólogo suizo Jean Piaget, por su parte, se basa en el egocentrismo como uno de los aspectos más trascendentes de la condición humana, que se controla a través de los mecanismos de la socialización.
Asimismo podemos mencionar que Robert A. LeVine ha distinguido tres apartados fundamentales en el proceso de socialización: la culturización, la adquisición del control de los impulsos y el adiestramiento de rol.
La desviación social
Cuando un sujeto no respeta las normas explícitas y las normas implícitas de la organización social, se produce una desviación. En estos casos no se satisfacen las expectativas del grupo y se produce la exclusión de la persona.
Debe considerarse que el individuo puede propiciar esta situación como un mecanismo de resistencia o para evitar el control social. Hay que tener en cuenta, no obstante, que existen distinos modos de desviación social.
Pensemos en lo que sucede en las escuelas. Es habitual que existan reglas en cuanto a la vestimenta, la estética, etc., que deben llevar los estudiantes. Si un alumno acude a clases con el cabello teñido de violeta, es probable que ese detalle sea considerado como una desviación.
La desviación social también suele verse en cuestiones vinculadas al género. La sociedad occidental se basa en la heteronormatividad (la heterosexualidad como norma) y la cisnormatividad (se espera que todos los individuos evidencien una coincidencia entre el sexo asignado al nacer y su identidad de género). Por eso, si una persona es transgénero, hay quienes enmarcarán esa condición en una desviación.