Subemplear es un verbo que refiere a contratar a una persona para que desarrolle tareas en un cargo inferior al que debería ocupar según sus antecedentes, su capacidad y su formación. Al acto y la consecuencia de esta acción se los menciona como subempleo.
El subempleo suele aparecer cuando el mercado laboral enfrenta dificultades y no existen puestos suficientes para emplear a cada persona de acuerdo a sus capacidades. Supongamos que un arquitecto recién egresado no logra encontrar trabajo en el ámbito de su profesión. De este modo, termina aceptando un puesto en un restaurante y comienza a desempeñarse como camarero. En este caso, el restaurante toma la decisión de subemplear al arquitecto, quien, en realidad, cuenta con los estudios suficientes para desarrollar otro tipo de labor.
Consecuencias de subemplear
El individuo que está subempleado recibe ingresos menores a los que debería recibir según sus estudios y su experiencia.
El subempleo, además, afecta a las personas con menor nivel de formación: si un arquitecto trabaja como camarero, el sujeto sin estudios que podría ocupar dicho cargo es probable que quede afuera del mercado laboral.
Exceso de demanda
Este fenómeno tiene lugar especialmente con las carreras y profesiones que marcan tendencia en cada época, ya que la mayoría de los estudiantes se vuelcan por ellas y esto genera un exceso de demanda en un sector particular, con la consecuente falta de oferta.
Los especialistas en el tema del subempleo señalan diversos caminos para solucionarlo, siendo uno de ellos mejorar la comunicación entre los centros educativos y las empresas para mantener un control sobre el número de personas que se forman en cada campo.
Uno de los problemas de fondo que también deriva en el subempleo es la poca exigencia por parte de ciertas universidades, que entregan títulos a estudiantes que no se han esforzado lo suficiente, o bien que no cuentan con el nivel necesario para desempeñarse con responsabilidad y efectividad en el mundo laboral.
Otro uso de subemplear
También se habla de subemplear cuando un empleado trabaja pocas horas a la semana o sin regularidad. Esta escasa cantidad de horas trabajadas se refleja en los ingresos que recibe el trabajador quien, además, tiene tiempo ocioso. La situación revela una falencia o un desequilibrio del mercado laboral, ya que no aprovecha de manera eficiente los recursos disponibles.
La situación contraria tampoco es positiva, y es muy común en épocas de crisis, ya que mucha gente acepta de forma desesperada cualquier oportunidad laboral, sin exigir condiciones dignas. No son nada raros los contratos que exceden la máxima cantidad de horas semanales permitidas por ley, y que para ello sólo declaran una fracción de las mismas, afectando también otros derechos del empleado, como ser sus aportes.
Si bien en la teoría parece difícil de creer que una persona esté dispuesta a aceptar condiciones laborales deficientes e injustas, en la práctica es más común que la situación opuesta y se da sobre todo en puestos de trabajo que no requieren títulos universitarios, lo cual suma una carga de desprecio y discriminación al problema.
La tendencia a subemplear se revierte cuando se generan los puestos necesarios para que cada individuo encuentre un trabajo a tiempo completo y acorde a sus antecedentes y expectativas.
Diferencias con la subcontratación
Es importante señalar que a menudo se confunde este término con subcontratar, a pesar de que sus significados son muy diferentes.
Cuando una persona o una empresa subcontrata a alguien, le ofrece un trabajo que le ha sido adjudicado a ella por medio de un primer contrato con otra entidad. La subcontratación es muy común en el ámbito empresarial, y permite a las grandes compañías delegar ciertas responsabilidades en terceros, como ser la limpieza, el servicio técnico e incluso la ampliación del plantel.