La superestructura es la parte de una construcción que está por encima del nivel del suelo. Se diferencia, por lo tanto, de la infraestructura (la parte de la construcción que se encuentra bajo el nivel del suelo).
Para la ingeniería naval, la superestructura es la parte de los barcos que aparece por encima de la cubierta. La ingeniería civil, por su parte, considera que la superestructura es la parte estructural que se sostiene en columnas u otros elementos de apoyo.
De esta manera, por ejemplo, un puente tiene como superestructura a todos aquellos elementos que se encuentran posicionados por encima de los pilares y columnas que ejercen como sustento de aquel.
Superestructura en el ámbito ferroviario
En el campo ferroviario, por supuesto, también la superestructura es un elemento fundamental para acometer las construcciones de las correspondientes vías que permitan que los trenes circulen sin ningún tipo de problemas y con todas las medidas de seguridad pertinentes.
En este ámbito, la superestructura es el conjunto formado por la vía, los aparatos y el resto de instalaciones que son necesarios para el funcionamiento eficaz y seguro del tren. Entre aquellos se encuentran, por tanto, el balasto, las traviesas, los tirafondos, los desvíos, los cambios de agujas o las señales, entre otros.
El concepto en el marxismo
En otro sentido, la superestructura hace referencia a la estructura cultural o ideológica que está fundamentada en otra. El término es frecuente en la teoría marxista, que afirma que la superestructura son las ideas de una sociedad que surgen de su base económica.
El materialismo histórico sostiene que la infraestructura es la base material de la sociedad. La superestructura depende ella: esto quiere decir que la moral, la filosofía, las manifestaciones artísticas, la religión, la ciencia y cualquier institución política están condicionadas por la base material.
La superestructura, vinculada a los intereses de la clase dominante
Más concretamente podemos establecer que en el marxismo se determina que la infraestructura es la que se encarga de determinar tanto el desarrollo como el cambio social, y también que aquella está conformada por los trabajadores y por el distinto conjunto de recursos naturales y medios técnicos que se tienen.
La superestructura no tiene una existencia independiente, sino que se desarrolla en función de los intereses de la clase dominante. Sus cambios son una consecuencia de las modificaciones que se producen en la infraestructura.
Este pensamiento marxista supone que no existe la independencia del pensamiento respecto de las condiciones materiales. La infraestructura condiciona el desarrollo de la actividad mental. La revolución marxista apela al cambio de la infraestructura para cambiar al conjunto de la sociedad, incluyendo las relaciones sociales, las instituciones y todos los elementos de la superestructura.
La noción en la sexualidad
Por último, tenemos que dejar patente que también se hace referencia a lo que se conoce como superestructura de la sexualidad. Es un término con el que se viene a dejar patente cuáles son las claves fundamentales para que cualquier pareja pueda disfrutar de una placentera relación íntima.
En concreto, se considera que para lograr el éxito a ese nivel deben estar presentes el vigor sexual, las caricias, las fantasías, los besos, los juguetes e incluso lo que serían los estímulos de tipo visual.