La noción de tecnoética no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, su uso es frecuente en ámbitos académicos e incluso suele aparecer en los medios de comunicación.
El concepto se refiere a la vinculación entre la tecnología y la ética. Dicho de otro modo, la tecnoética es una disciplina que analiza la dimensión moral del uso de artefactos y sistemas tecnológicos.
Características de la tecnoética
Se trata de un área que integra a la filosofía, las ciencias de la comunicación, la informática y otras ciencias. Su finalidad es estudiar los aspectos éticos de las prácticas tecnológicas, examinando cómo estas prácticas influyen en la sociedad contemporánea.
A través de la tecnoética se pretende favorecer una utilización ética de los recursos tecnológicos para mejorar a la sociedad. A su vez, se busca evitar un mal uso de la tecnología que atente contra la salud y el bienestar de las personas.
Es importante tener en cuenta que la tecnología ya está plenamente integrada en la vida cotidiana del ser humano. Por eso la aplicación de sus avances debe regirse por criterios éticos que garanticen un aprovechamiento adecuado de las innovaciones.
Sus alcances
La tecnoética contempla cuestiones como la difusión de los datos personales en Internet, el establecimiento de relaciones virtuales, los alcances de la ingeniería genética, la importancia de la inteligencia artificial y el ejercicio de la ciudadanía por vías digitales, por ejemplo. Las herramientas que brinda la tecnología pueden usarse en beneficio del progreso, pero también para cometer delitos o acentuar la desigualdad. La reflexión ética acerca de estos fenómenos, por lo tanto, resulta imprescindible.
Sobre este tema llevan reflexionando muchos expertos de diversos campos desde hace décadas, como puede apreciarse en numerosos ensayos e incluso en obras de ficción que nos muestran las potenciales consecuencias del mal uso de la tecnología. La tecnoética no es más que el traslado de los conceptos de la ética tradicional a un nuevo plano y su inevitable adaptación a sus características.
La importancia de la tecnoética
La vida del ser humano ha cambiado considerablemente desde la masificación de la informática y de Internet, aunque a veces no somos conscientes de la magnitud de este cambio. En parte porque las historias de ciencia ficción del siglo pasado nos prometían un tercer milenio caracterizado por vestimenta ajustada y casas suspendidas en el espacio exterior; es cierto que no tenemos eso, pero podemos acceder a un volumen de información incalculable y creciente desde un teléfono, unas gafas o un reloj de pulsera, que también son capaces de proyectar modelos tridimensionales sobre la realidad para aumentarla, comunicarnos por medio de audio y vídeo con otras personas y mucho más. ¿No es acaso esto tan impresionante y radical como la ropa ajustada en el cosmos?
Como es de suponer, dado que este concepto atiende la realidad actual y no es un estudio de la historia, la tecnoética se debe poner en práctica tanto para ordenar las cuestiones referentes a la tecnología existente como a la hora de crear nueva. Los expertos en este campo deben debatir acerca de los objetivos y las formas en las que cada tecnología que se propone podría servir al ser humano. Esto es similar a lo que ocurre con los cuerpos de seguridad y el sistema judicial, que se conciben para proteger a la sociedad pero también para prevenir las situaciones de peligro.
En este sentido, esta fusión de disciplinas cuenta con los conocimientos adecuados para ayudar a los profesionales dedicados a roles meramente técnicos a tomar mejores decisiones, para que sus creaciones promuevan un uso productivo y beneficioso de la tecnología. Claro que los usuarios también deben recibir esta formación para asumir la responsabilidad que supone acceder a estas prestaciones.