Titilar es un verbo que puede referirse a la acción que realizan los cuerpos luminosos cuando resplandecen con un leve temblor. Dicha particularidad puede deberse a diferentes cuestiones.
Cuando observamos las estrellas desde la Tierra, por lo general las vemos titilar: es decir, advertimos que las estrellas parpadean o que su luz se enciende y se apaga intermitentemente. Este efecto visual obedece a las distintas capas de aire que atraviesa la luz de las estrellas hasta llegar a la superficie terrestre. El ojo, de este modo, detecta dicha luminosidad de distinta manera de acuerdo a la capa de aire (frío o caliente) que recorre la luz.
Es importante tener en cuenta que titilar no es una propiedad de las estrellas. El sol, por ejemplo, es una estrella que nunca vemos titilar. Como decíamos líneas arriba, el hecho de notar que un cuerpo luminoso titila está vinculado a la manera en que percibimos su luz de acuerdo a las capas de aire que atraviesa hasta llegar a la Tierra.
El titilar de las luces
Suele decirse, por otra parte, que una luz titila cuando se enciende y se apaga rápidamente. Una lámpara con problemas de conexión o cuyo foco está a punto de quemarse puede titilar.
El árbol de Navidad es un símbolo que millones de personas preparan con mucho esmero todos los años, decorándolo con diferentes elementos, que van desde figuras que penden de sus ramas hasta luces que recorren toda su estructura y titilan constantemente. Este efecto visual es en sí mismo otro símbolo de esta festividad, ya que también se extiende a la ornamentación de las fachadas de las casas y de las calles, en pueblos y grandes ciudades por igual, según las costumbres.
Si bien todas las luces navideñas se venden con la función de parpadeo, hay mucha gente que no disfruta de ella, y por eso la mayoría incluye una llave para anularla. En sí, ver las luces titilar constantemente es similar a sentir que las decoraciones cobran vida, que el fuego de la Navidad arde en los hogares y en las calles, que la alegría reina día y noche.
Historia de la iluminación navideña
Con respecto a su historia, las luces de Navidad surgieron antes del descubrimiento de la electricidad; ya en el siglo XVIII, las familias alemanas de clase alta utilizaban velas para iluminar sus árboles navideños. Aproximadamente dos siglos más tarde, las bombillas de luz eléctrica comenzaron a ser usadas para dar vida a diversos elementos de la vía pública, independientemente de las festividades, y finalmente ésta técnica de decoración fue llevada a los hogares durante los días de Navidad.
Hollywood nos ha demostrado en muchas ocasiones que las luces intermitentes son de gran importancia en Estados Unidos: la gente invierte grandes sumas de dinero en la decoración de sus hogares, a un nivel que no es común en otros países.
Titilar del ojo
Si nos centramos en el organismo de las personas y de los animales, titilar refiere a una ligera agitación. El ojo de un ser humano puede titilar cuando el sujeto tiene mucho sueño o sufre cansancio ocular. El movimiento está vinculado a la presión que ejercen los vasos sanguíneos sobre los músculos de la zona.
Esta sensación de que el ojo titila o late, puede resultar muy molesta, aunque el entorno de la persona que lo experimenta no perciba el movimiento al mismo nivel que ella. Desde un punto de vista clínico, esto se denomina mioquimia superior oblicua, y suele durar como máximo unos días, aunque por lo general desaparece en minutos. Uno de los consejos más generalizados para tratar esta dolencia consiste en colocar un paño caliente sobre el ojo e intentar descanso.