Vacilar es un verbo que se emplea con distintas acepciones de acuerdo al contexto. El término llegó a nuestro idioma procedente del vocablo latino vacillāre.
Vacilar puede tratarse de la acción de dudar, titubear o flaquear. Por ejemplo: “Un delantero nunca debe vacilar si se encuentra solo frente al arquero”, “Cuando la madre le preguntó a dónde había ido después de la cena, el joven comenzó a vacilar”, “Si vuelves a faltarme el respeto, no voy a vacilar antes de golpearte en el rostro”.
Ejemplos de vacilar
La vacilación, en este contexto, es un estado de duda o de perplejidad. Supongamos que, en un examen, una maestra le pregunta a un alumno cuál es la capital de Nepal. Si el estudiante responde “Katmandú” de manera inmediata, habrá contestado sin dudar. En cambio, si empieza a balbucear y a dar rodeos antes de responder, estará vacilando ya que no tiene certezas sobre cuál es la respuesta correcta.
El verbo vacilar, por otra parte, puede aludir a aquello que se mueve sin pausa o que se muestra inestable, con poca firmeza: “Tras la detonación, el edificio vaciló unos segundos antes de desplomarse”, “Espero que el viento frene así la ventana deja de vacilar”, “El automóvil va a vacilar en las curvas, pero no te preocupes: si conduces con atención, no tendrás ningún problema”.
La noción en el habla coloquial
En el habla coloquial de algunos países, vacilar consiste en realizar burlas o engañar a alguien: “Creo que el muchacho me vaciló cuando me dijo que el camino estaba en buen estado”, “Cuando lo vea a Ernesto, lo voy a vacilar por la foto que salió publicada en el diario”.
En relación a este último significado, podemos exponer que hay quienes, como herramienta para «ligar», recurren a vacilar a la persona que les gusta. Está claro que no es que sea una técnica efectiva, pues cada individuo prefiere unas cosas y no otras, pero en muchos casos suele resultar útil.
En concreto, ponerlo en práctica consiste básicamente en llamar la atención del otro pero no “regalándole” el oído con frases bonitas, palabras de amor o incluso con piropos, sino todo lo contrario. Consiste en “chincharle”, en llamar su atención sin demostrar que se quiere ligar para así evitar que esté a la defensiva y luego, una vez que se haya conseguido que se relaje, proceder a desarrollar las dotes de seducción pero sin caer en tópicos.
Esta técnica de vacilar se considera que es una buena opción para intentar conseguir a personas que tienen un gran éxito a nivel sentimental y que están acostumbradas a «ligar».
Vacilar y bacilar
Además hay que resaltar el hecho de que muchas personas cometen errores a la hora de escribir este término ya que lo confunden con bacilar. No obstante, son verbos diferentes. Así, bacilar es el que se utiliza para referirse a dos aspectos:
- Por un lado, dentro del ámbito de la medicina y la biología, hace referencia a todo lo que tiene que ver bacilos.
- Por otro, en el campo de la geología se utiliza para mencionar a aquello que se identifica por tener textura en fibras gruesas.