La idea de valor agregado se emplea en el terreno de la contabilidad, de las finanzas y de la economía. Una de las acepciones del concepto refiere al valor económico que gana un bien cuando es modificado en el marco del proceso productivo.
Esto quiere decir que, en un contexto, el valor agregado es el valor económico que el proceso de producción le suma a un bien. Supongamos que una mesa de madera de pino natural, sin ningún tratamiento, tiene un precio de venta de 200 dólares. Si a dicha mesa se le aplica un producto antibacteriano y se la barniza, su precio de venta pasa a ser de 280 dólares. El valor agregado por este proceso, por lo tanto, es de 80 dólares.
Sumar valor agregado
Más allá de este ejemplo simple, la tecnología y los procesos industriales suelen ser las herramientas que añaden más valor a un bien. Por eso, para la economía de un país, lo ideal es que existan industrias avanzadas capaces de transformar las materias primas para generar más valor agregado. Si una nación sólo vende materias primas, creará un valor reducido.
Para la contabilidad, el valor agregado es la diferencia que existe entre el costo de producción y el precio de mercado. Un fabricante automotriz gasta 15.000 pesos para producir un vehículo que luego, en el mercado, vende a 32.000. El valor agregado para la empresa es de 17.000 pesos por automóvil. Hay que tener en cuenta que estos ejemplos son solo teóricos, ya que existen otros factores que inciden en los precios (como los impuestos, por ejemplo).
El IVA
El Impuesto al Valor Agregado (conocido por la sigla IVA) es un tributo que se aplica al consumo: el comprador lo abona al adquirir un producto. Se trata de un impuesto indirecto ya que no lo paga el comprador al fisco, sino que es el vendedor quien recibe el dinero del comprador y luego debe abonarlo al Estado.
Cabe mencionar que el concepto de valor agregado también se conoce con el nombre de valor añadido, y la única diferencia suele hacer referencia a cuestiones regionales. Sin embargo, este último es más común para hablar del alto valor añadido, una característica de aquellas actividades que pueden volver un producto más raro.
Alto valor agregado
Cuando en el ámbito de la política o del periodismo se menciona el alto valor añadido, el objetivo es hacer alusión a todo aquello que lleve a los consumidores a desear más un producto en particular por sobre sus alternativas. Por otro lado, desde el punto de vista de los fabricantes, un alto valor agregado reduce los costos de producción.
Un artículo encasillado en este grupo puede cubrir una necesidad que ningún otro pueda, o incluso «crear» una o más que los consumidores no fueran conscientes de tener. El alto valor agregado, en pocas palabras, es propio de cualquier producto que sea sinónimo de innovación, especialmente cuando se usan nuevas tecnologías para su producción y cuando él mismo las incluye para brindar prestaciones fuera de lo común.
No resulta difícil reconocer el alto valor agregado en un producto, ya que por lo general se advierte en su diseño, en el modo en el cual se publicita, en las opciones que ofrece a sus usuarios e incluso en su precio, el cual suele ser muy competitivo.
Enfrentando la competencia
Para obtener un beneficio relativo mayor que el de la competencia, una empresa tiene varias opciones, como ser las siguientes:
* ofreciendo exactamente lo mismo a un precio más bajo, de modo que peligre la permanencia de las demás compañías en el mercado, gracias a la combinación de un gran volumen de ventas y de un costo de producción inferior al normal;
* presentando una nueva necesidad a los consumidores, a veces también eliminando otra.