Una organización es un sistema diseñado para alcanzar ciertas metas y objetivos. Estos sistemas pueden, a su vez, estar conformados por otros subsistemas relacionados que cumplen funciones específicas.
La etimología de organización nos lleva a la lengua griega. En concreto, esta palabra procede del vocablo organón, que puede traducirse como «herramienta o instrumento».
La organización como grupo social
Se llama organización a un grupo social formado por personas, tareas y actividades de administración, con interacciones que se dan en el marco de una estructura sistemática para alcanzar los objetivos grupales.
Cabe destacar que una organización sólo puede existir cuando hay individuos que se comunican y están dispuestos a actuar en forma coordinada para lograr su misión. Las organizaciones funcionan mediante normas que han sido establecidas para el cumplimiento de los propósitos.
Asimismo es fundamental que para que esas organizaciones puedan realizar las tareas que se les han encomendado y para que puedan lograr los fines que se han marcado, es necesario que cuenten con una red de recursos. Entre ellos deben incluirse los humanos, los tecnológicos, los económicos, los inmuebles, los naturales y los intangibles.
Instituciones ciudadanas y estatales
Las agrupaciones ciudadanas que son creadas para cubrir alguna necesidad social son denominadas organizaciones civiles. Los partidos políticos, los sindicatos, los clubes deportivos y las ONG forman parte de este conjunto.
En el caso de las ONG (organizaciones no gubernamentales) hay que subrayar el hecho de que existen multitud de ellas en todo el mundo. Se caracterizan porque no dependen de ningún gobierno y pretenden conseguir el bienestar del ser humano desde diversos puntos de vista.
Así, por ejemplo, nos encontramos con ONG que apuestan por mejorar las condiciones laborales, el medioambiente, la participación ciudadana y la investigación científica. Sin olvidarse tampoco de las que promueven la ayuda humanitaria y la protección de la infancia o la tercera edad.
En cambio, las organizaciones que son creadas por el Estado para desarrollar tareas sociales son conocidas como organizaciones gubernamentales. Las mismas son dirigidas desde el gobierno y se financian con fondos públicos.
No obstante, también pueden realizarse otras muchas clasificaciones de organizaciones en base a otros diferentes criterios. De esta manera, podemos catalogarlas por su localización (local, regional, nacional o internacional), su propiedad (privada y pública), su tamaño (pequeña, mediana o grande) e incluso por su finalidad (con ánimo de lucro y sin ánimo de lucro).
Gestión de una organización
La gestión de una organización alude a las diversas tareas que deben llevarse a cabo para que la entidad funcione. Si bien las organizaciones pueden ser muy diferentes entre sí, existen variables que ninguna puede soslayar.
Es importante, en este marco, que la estructura de la organización esté bien definida. Puede contar con divisiones internas como departamentos, áreas, oficinas, direcciones o secretarías, que contengan a los equipos de trabajo.
Las jerarquías, por otra parte, deben estar claras. Quien asume el liderazgo de la organización tiene que asignar los roles y las responsabilidades de forma precisa y debe trazar la estrategia a seguir para alcanzar las metas, encargándose de la planificación de las acciones y de la coordinación de los recursos humanos.
Resulta relevante, asimismo, que haya una cultura organizacional vinculada a los valores y la visión de la entidad. Estas cuestiones deben transmitirse a los empleados, afiliados o voluntarios a través de la comunicación interna, promoviendo la cooperación y la colaboración en pos de los resultados pretendidos.
El cumplimiento de las normas
El cumplimiento de las normas y regulaciones es indispensable para que una organización pueda subsistir y desarrollarse. De lo contrario, es posible que surjan problemas con las autoridades, además de dificultades en todas aquellas cuestiones que requieren de formalidad.
En algunos casos, hay auditorías que son de cumplimiento legal obligatorio. También puede ser necesario que la organización obtenga certificaciones o permisos para actuar en el marco de lo establecido por la legislación.
La responsabilidad social corporativa, en tanto, es un concepto que se asocia a la reputación. Va más allá del plano legal y refleja cómo, mediante ciertas acciones que inciden de manera positiva en la comunidad, es posible mejorar las relaciones públicas y la imagen de la organización.
La organización de empresas
Por último podemos referirnos al concepto de organización de empresas, que hace alusión a la estructura organizativa del trabajo en el ámbito empresarial. Existen varios elementos que son claves en esta estructura, como la burocracia, la especialización del empleo, la departamentalización, la cadena de mando, la descentralización y la formalización.
La forma en que se organizan las empresas es estudiada por una ciencia administrativa denominada Administración de empresas, que analiza la forma en qué se gestionan los recursos y procesos. Esta administración es considerada como la base del funcionamiento de una compañía.
En la actualidad, la organización de una empresa tiende a hacer un uso intensivo de la tecnología. La automatización de tareas, la digitalización de documentación y la utilización de plataformas de colaboración para la ejecución de procesos son habituales.
Esta transformación digital, si bien aporta numerosos beneficios, obliga a tomar medidas de ciberseguridad. La empresa tiene que invertir para garantizar la seguridad de la información interna, protegiendo la privacidad de los datos, por ejemplo.
No se puede dejar de mencionar que la innovación tecnológica también permite introducir un cambio organizacional en la actividad laboral en sí misma. La labor presencial, en muchos casos, deja de ser imprescindible, siendo reemplazada por el teletrabajo (es decir, el trabajo remoto). A su vez, la toma de decisiones y la resolución de problemas pueden llevarse a cabo de una forma más ágil con estos recursos.