Un agorero es alguien que tiende a pronosticar o anticipar desgracias. Por eso se lo asocia al pesimismo.
Algunos ejemplos
Veamos el término en tres oraciones: “¡No seas agorero! Tal vez las cosas salgan bien y podamos resolver este problema que tanto nos aflige a la brevedad”, “Un periodista no debe ser agorero, aunque tampoco tiene que edulcorar la realidad”, “Puedes decirme agorero, pero me veo en la obligación de advertirte que has elegido el camino equivocado y que puedes tener serias dificultades…”.
Veamos los tres ejemplos con detenimiento. En el primero, el emisor se queja de la actitud pesimista de su interlocutor, pidiéndole que la cambie por una positiva o que al menos contemple la posibilidad de que el futuro traiga buenas noticias. En este punto debemos aclarar que hay una leve diferencia entre los conceptos de agorero y pesimista: si bien ambos comparten el significado de este último, porque tienden a mirar el peor aspecto de las cosas, el primero también se adelanta a potenciales desgracias, las cuales anuncia.
La segunda oración nos recuerda que el periodismo no se puede basar en la subjetividad: los profesionales de este campo deben enfocarse en transmitir la realidad con el mayor grado de imparcialidad que les sea posible, sin embellecerla ni sobredimensionarla. Uno agorero, en este sentido, podría comentar al respecto de un incendio masivo que «probablemente los vecinos afectados no consigan rehacer sus vidas», en lugar de destacar los movimientos de ayuda que hayan surgido en plena catástrofe.
Terminamos con un ejemplo en el cual el enfoque es ligeramente diferente al usado en los dos anteriores. Aquí el emisor es quien recibe la calificación de «agorero» por parte de su interlocutor, pero le asegura que su actitud no pretende ser pesimista sino realista, porque está convencido de que se ha equivocado y que esto le traerá graves consecuencias.
Otras acepciones
El adjetivo agorero también puede aplicarse a lo dicho o hecho por un individuo con las características mencionadas: “Los pronósticos agoreros de muchos economistas no se cumplieron y hoy la economía nacional está creciendo a buen ritmo”, “El presagio agorero del especialista preocupó a muchos profesionales de la salud”, “El vaticinio agorero que el jugador realizó a comienzos de la temporada fue correcto: el equipo acaba de perder la categoría”.
Agorero, por otra parte, alude a quien cree en agüeros o busca adivinar a través de ellos. Se conoce como agüero, en este marco, a la práctica que apunta a la adivinación mediante el reconocimiento de señales de la naturaleza o de otra índole.
Aquel que asegura que sabe qué ocurrirá en el futuro al interpretar un agüero es llamado agorero. En la antigüedad, los agoreros de este tipo eran tomados como adivinos o hechiceros.
Pájaro agorero
Un pájaro agorero es, de acuerdo a una creencia supersticiosa, un animal que anuncia un infortunio venidero. Por extensión se menciona como pájaro de mal agüero al sujeto que predice desdichas.
En este caso también se califica de esta manera a la persona que atrae la desdicha y el pesar, algo que se conoce con el término gafe. Dependiendo de la cultura, hay quienes creen que esta propiedad negativa se puede adquirir por medio de una maldición y que, por lo tanto, se puede curar con otro procedimiento mágico.
Asimismo se cree que algunos individuos no pueden evitar atraer la desgracia, es decir que «han nacido y morirán agoreros». Sea por medio de un mal de ojo o por cuestiones hereditarias, las personas que creen en este fenómeno intentan mantener una distancia considerable de los pájaros agoreros, para evitar que sus energías negativas las alcancen y afecten su salud o su porvenir.