Altivo es un término que deriva de alto (elevado, levantado o de mucha altura). Se trata de un adjetivo que puede emplearse para aludir a quien es altanero o arrogante.

Por ejemplo: “El cantante ingresó al salón y, altivo, se dirigió directamente a su mesa sin saludar a ninguno de los presentes”, “El futbolista portugués volvió a mostrarse altivo al no querer fotografiarse con los admiradores que lo esperaban en la puerta del hotel”, “No deberías ser tan altivo, algún día tu suerte puede cambiar y tal vez necesites la ayuda de quienes ahora desprecias”.
Puede decirse que un individuo altivo es alguien que, por su capacidad, talento o posición socioeconómica, se siente superior al resto de las personas. De este modo se comporta de manera desdeñosa y despectiva con los demás.
Ser altivo, por lo tanto, suele estar mal visto. Solo en algunos contextos y ocasiones se vincula la idea a un orgullo sano o positivo.
Aquello que resulta característico de esta clase de sujetos también puede ser mencionado como altivo: “No me gusta el carácter altivo de Esteban”, “El empresario posó por unos instantes su mirada altiva sobre los manifestantes y luego regresó a su oficina”, “El discurso altivo del candidato no fue bien recibido por los oyentes”.
El adjetivo altivo además se utiliza para aludir a un objeto que está elevado o erguido: “El edificio altivo sobresale entre las casas bajas del pueblo”, “Desde la embarcaciones ya podíamos contemplar el campanario altivo del templo”, “El álamo altivo parecía no conmoverse con el ventarrón”.