Un animal es un ser vivo que puede moverse por sus propios medios. Por lo general, dentro de la denominación se incluye a los integrantes del reino conocido como Animalia.
Existen diversas características compartidas por la mayoría de los animales, aún con sus diferencias. Los animales ingieren sus alimentos, desarrollan una reproducción de tipo sexual y absorben oxígeno a través de la respiración. Estas son apenas algunas características básicas pero, por supuesto, los animales pueden ser muy diferentes entre sí.
El animal según su alimentación
Si bien los animales ingieren sus alimentos (y no los absorben, a diferencia de otros seres vivos), pueden diferenciarse según el tipo de alimentación. Hay animales carnívoros (que se alimentan de la carne de otros animales), herbívoros (que comen especies vegetales) y omnívoros (comen carne y plantas).
Por otra parte, aunque los integrantes del reino Animalia respiran y consumen oxígeno, algunos lo hacen sobre la superficie terrestre y otros debajo del agua. Con estos detalles, podemos apreciar cómo el grupo de los animales es muy amplio e incluye especies de lo más diversas, desde elefantes hasta tiburones pasando por ratas, búhos y mosquitos.
El caso de los seres humanos
Dentro del reino Animalia está incluido el ser humano (Homo sapiens). Para establecer una definición más precisa, se suele usar la denominación de animales para referirse al resto de las especies, a las cuales muchos consideran irracionales.
Cuando a una persona se la califica como animal, por lo general se quiere expresar que el individuo es cuestión es poco civilizado, inculto y con un comportamiento bestial, lo cual demuestra el desprecio que los seres humanos tendemos a sentir por el resto de las especies. Por ejemplo: “Rafael es un animal, siempre quiere solucionar sus problemas a los golpes”.
Animal, como adjetivo, también puede emplearse para nombrar a alguien con características extraordinarias: “Lionel Messi volvió a demostrar que es un animal y anotó, otra vez, cuatro goles en el partido”.
Falsos mitos acerca de los animales
Los lemmings se suicidan
Este mito cobró mucha fuerza gracias a la popularidad del videojuego titulado «Lemmings», en el cual la misión del jugador era hacer todo lo posible por evitarles la muerte, hacia la cual marchaban sin aparente preocupación. Se cree que el origen de esta falsa afirmación radica en un documental de Walt Disney denominado «White Wilderness», publicado en 1958, aunque ya medio siglo antes se mencionaba el supuesto comportamiento suicida de los lemmings en una enciclopedia infantil de Reino Unido.
A los ratones les fascina el queso
A pesar de que los dibujos animados y muchas películas de animación o, incluso, con actores reales, repitan de forma incansable que los ratones son adictos al queso, en la realidad prefieren alimentos tales como la fruta o el grano, que presentan una cierta concentración de azúcar. Como si esto fuera poco, dado su agudo olfato, el olor intenso del queso suele resultarles repelente.
Los peces no tienen buena memoria
Es común oír que los peces sólo pueden mantener un recuerdo por menos de 5 segundos, aunque esto no es cierto: según algunos estudios, su memoria puede durar varios meses.
Los animales no piensan ni sienten
Cualquier persona que haya convivido con un animal, como ser un perro o un gato, y que le haya brindado su espacio para que se desarrolle sanamente, sin someterlo a técnicas de adiestramiento, sabe que no existe nada más fuera de la verdad que la afirmación que nos ubica como los únicos seres racionales y capaces de sentir cariño. Los demás animales tienen voluntad propia, toman decisiones, aprenden de su experiencia, cruzan todas las barreras imaginables para entendernos y hacerse entender, y nos expresan más amor del que generalmente sabemos devolverles.