Para comprender correctamente el concepto de anión, es necesario en primer lugar estudiar el significado de ion. Este término permite referirse al átomo (o al conjunto de ellos) que obtiene carga eléctrica a partir de ganar o perder una cierta cantidad de electrones.
Dentro de los iones, por lo tanto, encontramos el anión, que es un ion que dispone de carga negativa. Esto se produce como consecuencia de haber ganado determinados electrones.
Tipos de aniones
Es posible distinguir entre aniones monoatómicos y aniones poliatómicos. En el primer conjunto, encontramos aniones que exhiben un estado de oxidación de tipo negativo, mientras que, en el segundo, el estado de oxidación de cada átomo puede variar, aunque el conjunto siempre está vinculado a partir de una carga general negativa.
Los aniones monoatómicos, por lo general, son no metales cuya valencia ha sido completada a partir de una ganancia de electrones. En el caso de los aniones poliatómicos, forman parte de ácidos que perdieron protones o de moléculas que lograron sumar electrones.
Los aniones poliatómicos que derivan de un ácido se conocen simplemente como aniones ácidos. El anión sulfuro, por ejemplo, se forma cuando al ácido sulfhídrico sufre la pérdida de dos protones de hidrógeno.
Los cationes
Cuando el ion dispone de carga eléctrica positiva, en cambio, se habla de catión.
El aluminio, el plomo, el sodio, el níquel, el potasio, el calcio y el mercurio son algunos de los elementos químicos que forman parte de este grupo que, junto a los aniones, componen el universo de los iones.
Beneficios del anión
Los beneficios del anión para el ser humano son muchos. Veamos algunos de los más importantes:
* fortalece el sistema inmunológico: gracias a la estimulación que produce en el grupo de células que se encarga de defender nuestro organismo organizando y dirigiendo la resistencia a las enfermedades;
* acaba con las bacterias: cuando no hay suficiente oxígeno, las bacterias proliferan, pero el anión nos otorga la cantidad suficiente de oxígeno para que las primeras no tengan muchas oportunidades de mantenerse con vida;
* combate el estrés: si bien el anión tiene muchas acciones beneficiosas para nuestra salud, sus efectos relacionados con la reducción del estrés se encuentran entre los más destacados. El secreto se encuentra en que influye en la liberación de la mono-amino-oxidasa, una enzima relacionada con la eliminación de la serotonina. Esta última, por su parte, es la neuro-hormona vinculada al estado de ánimo;
* reduce la alergia: su acción colabora con la limpieza del aire, eliminando el smog, el polen y los ácaros, entre otros alergenos, mejorando las condiciones de nuestro entorno.
Otros aportes positivos
La lista continúa, y entre los demás beneficios del anión encontramos los siguientes:
* colabora con la relajación de la mente;
* ayuda a superar trastornos de la respiración;
* combate casos de ansiedad y brotes de violencia;
* tiene un efecto analgésico muy pronunciado;
* ayuda a disminuir el nivel de colesterol malo y los lípidos;
* colabora con la regulación de la tensión arterial;
* a grandes rasgos, es correcto decir que el consumo de aniones produce un efecto rejuvenecedor tanto a nivel físico como mental;
* ofrece buenos resultados en problemas relacionados con la pérdida de memoria;
* mejora el rendimiento del aparato digestivo.
Consumo de aniones
Existen diferentes formas de consumir anión. Por ejemplo, bebiendo agua anionizada, la cual se puede preparar en cuestión de 24 horas utilizando una barra conocida como hidroanión.
La cinta de anión es otro recurso recomendado para obtener los beneficios antes mencionados, entre otros; en este caso, se trata de un producto masticable. También existen parches que se colocan en contacto directo con la piel, y representan la opción más efectiva.