Se denomina anticlericalismo al movimiento que se opone al clericalismo: es decir, al poder exagerado del clero (el conjunto de sacerdotes o clérigos) en la política o incluso en el día a día de la Iglesia. También se conoce como anticlericalismo a la animadversión contra todo aquello vinculado al clero.
Rechazo por el clero
El anticlericalismo rechaza la influencia religiosa en las cuestiones políticas y en la vida social en general. Su doctrina tiene diferentes alcances u objetivos, de acuerdo a cada grupo y a la época.
A nivel general puede decirse que el anticlericalismo se asocia a la secularización y el laicismo. Es importante mencionar que la postura anticlerical, con distintos matices, aparece en diferentes ideologías y movimientos, como el comunismo, el anarquismo y el liberalismo. Por lo tanto sus principios pueden integrarse a diversas facciones políticas.
Tipos de anticlericalismo
Existe un anticlericalismo que critica el tamaño exagerado del clero y los abusos cometidos por sus integrantes, aunque no rechaza que la Iglesia tenga injerencia en la sociedad y en el Estado. En este caso, se habla de anticlericalismo creyente o anticlericalismo cristiano, según la denominación propuesta por el ensayista, antropólogo e historiador español Julio Caro Baroja.
Otra clase de anticlericalismo, surgida con la Ilustración en el siglo XVIII, cuestiona al clero desde una posición racionalista. El denominado anticlericalismo no creyente o anticlericalismo contemporáneo sostiene que los clérigos representan un impedimento para el progreso.
El anticlericalismo ateo o anticlericalismo antirreligioso, en tanto, es más extremo. Sus impulsores embisten contra las creencias, los dogmas, las escrituras y los rituales de la religión.
A pesar de lo que parece a simple vista, este último se relaciona con el laicismo, el cual no necesariamente tiene un objetivo en contra de la religión, sino que persigue la secularización del Estado.
Historia
Antes de continuar es importante señalar que el anticlericalismo es un fenómeno que siempre ha estado presente en cualquier religión que haya tenido un clero sacerdotal. Diversas religiones a lo largo de la historia tuvieron la intención de hacerse con el gobierno civil y controlarlo a través de la teocracia, una forma de gobierno en la que el liderazgo de la religión y el Estado lo tiene el mismo grupo.
Hablando en particular del cristianismo, religión que predomina en los países de habla hispana, Jesucristo dijo que no era posible servir a dos señores y que era necesario distinguir entre el César y Dios, dos declaraciones que apuntan a su supuesta intención de separar la religión de la política. A pesar de ello, el apoyo del emperador Constantino en el surgimiento de la religión con una estructura sacerdotal condujo a un crecimiento progresivo de los intereses políticos y económicos de la Iglesia.
El episodio en el que Jesús comunicó estas ideas fue la expulsión de los mercaderes del Templo, una escena del Evangelio que transcurrió en las vísperas de la Pascua. Mientras se encontraba en el Templo de Jerusalén, notó que en su patio había muchas personas practicando el comercio y el cambio de monedas; esto lo llenó de cólera y decidió echar a los animales del ganado a latigazos, luego de lo cual volcó las mesas de los comerciantes, tirando en el proceso sus mercancías y monedas al suelo.
En este contexto se puede mencionar el concepto cesaropapismo, que hace referencia a la unificación del Estado y la Iglesia, es decir a que una única entidad (que solía ser el emperador) contase con ambos poderes, el religioso y el político. Fue recién en el siglo XVI que partiendo del humanismo y de la obra del teólogo Erasmo de Róterdam tuvo lugar el desarrollo del anticlericalismo europeo con la forma que conocemos en la actualidad.