Se denomina artesanía tanto al trabajo como a las creaciones realizadas por los artesanos (una persona que realiza trabajos manuales). Es un tipo de arte en el que se trabaja fundamentalmente con las manos, moldeando diversos objetos con fines comerciales o meramente artísticos o creativos. Una de las características fundamentales de este trabajo es que se desarrolla sin la ayuda de máquinas o de procesos automatizados. Esto convierte a cada obra artesanal en un objeto único e incomparable, lo que le da un carácter sumamente especial.
Algunos ejemplos donde aparece el término son: «Cuando recorrimos el norte, compré varias artesanías típicas», «Mi tía me regaló una artesanía aborigen para decorar mi nueva casa», «La mayor parte de la población local vive de las artesanías».
Artesanía vs. producto industrial
En oposición a las producciones industriales o en serie, una artesanía se define como un trabajo minucioso y detallista donde cada objeto es único y debe recibir una atención especial. Para llevar a cabo este trabajo los artesanos ponen en práctica diversas técnicas manuales aprendidas y desarrolladas a lo largo del tiempo.
Dentro del bagaje cultural de un pueblo y de su cultura tradicional las artesanías ocupan un lugar importante. Tal es así que los orígenes de este tipo de trabajo manual se remontan a épocas previas al surgimiento de la era industrial. Hace miles de años ya existían las artesanías y eran desarrolladas con diversos materiales. En cada lugar, teniendo en cuenta las posibilidades del entorno variaban el tipo de artesanías que se fabricaban: de acuerdo a la materia prima que cada espacio le ofreciera.
Es importante señalar que la artesanía puede tener un fin estético (por ejemplo, un cuadro decorativo), ritual (una máscara) o funcional (una vasija para poner agua). En este punto se diferencia rotundamente del trabajo industrial ya que en la creación de cada objeto se persigue la combinación del diseño y el arte.
Comercialización y competencia
Como ya lo hemos dicho, el trabajo artesanal exige mucha dedicación porque cada pieza se desarrolla de forma manual; por lo tanto no pueden realizarse una gran cantidad de objetos por vez. Esto dificulta mucho la comercialización de estos productos en grandes tiendas y cadenas comerciales y obliga a los artesanos a buscar otros medios de difusión y comercialización.
La comercialización de las artesanías suele realizarse de manera directa (del artesano al comprador) o a través de pequeños mercados o cooperativas.
Por otro lado, estos productos deben competir con los industriales que, muchas veces, presentan características similares, en un intento de imitación de las propiedades únicas de las artesanías. Y aquí aparece un problema latente para los artesanos: no sólo el nivel de producción de la industria es más alto en cantidad, sino que además es más económico.
Cada artesanía es una creación única
En el mundo industrial la elaboración en serie permite bajos costes de producción lo que da como resultado precios finales más económicos. Al margen de que la materia prima utilizada por la industria suele ser de menor calidad, estos problemas se presentan como importantes trabas para todos aquellos que intentan vender artesanías y vivir de dicho negocio. Por todo esto, a veces, los artesanos deben recurrir a una mayor versatilidad; por ejemplo, a desarrollar diferentes tipos de productos para ofrecer una mayor variedad y conseguir con ello atraer a potenciales clientes en diferentes campos comerciales.
No obstante los problemas que pueda significar la competencia para el trabajo manual, es importante mencionar que los productos en sí no tienen ni comparación: las artesanías gozan de una cualidad que las vuelve únicas (gracias a haber sido desarrolladas con especial atención una a una) mientras que los productos industriales sólo son decenas de idénticos objetos que carecen de alma y que no han sido pensados en su individualidad como un objeto artístico.