Las asignaturas (del latín assignatus) son las materias que forman una carrera o un plan de estudios, y que se dictan en los centros educativos. Algunos ejemplos de asignaturas son la literatura, la biología y la química.
Aunque en muchos países las palabras asignaturas y materias se utilizan como sinónimos, pueden establecerse ciertas diferencias. Los estudios, ya sean de Educación Básica, Secundaria o Superior, se dividen en asignaturas. Cada asignatura suele tener asignada un aula donde se dictan las clases, sus propios profesores, ciertos horarios, etc. Es decir que cada asignatura se centra en un área de conocimiento diferenciada.
En cambio, cuando un estudiante realiza un estudio, una investigación o un proyecto específico, que gira en torno a un único tema central, se trata de una materia de estudio.
Diferencia entre asignatura y materia
La diferencia que podría establecerse entre asignatura y materia, por lo tanto, es la siguiente: una asignatura está formada por una o más materias estructuradas dentro de un plan de estudio o curso académico. Fuera de dicho contexto, el objeto de estudio por sí solo puede conocerse como materia.
Las asignaturas, por lo tanto, representan la esencia de los sistemas educativos, al constituir el pilar de los planes de estudios. El conjunto de las asignaturas conforman los estudios básicos y también las carreras de grado o posgrado.
Particularidades de cada sistema educativo
Si bien existen ciertos límites que marcan los sistemas educativos de cada país en cuanto a la cantidad mínima y máxima de asignaturas de cada nivel, ese número puede ser diferente en cada institución. Por ejemplo, dos escuelas secundarias contemporáneas y conterráneas pueden tener una diferencia de cinco o más asignaturas sin que esto represente una falta desde un punto de vista legal.
Sin embargo, si la que más asignaturas ofrece a sus estudiantes resulta ser más competente, entonces puede debatirse que la otra debería repensar su programa con vistas a una potencial expansión a nivel académico. Uno de los casos más comunes es la «compresión» de dos asignaturas en una, tal y como puede suceder con la física y la química, que en algunas escuelas se fusionan. Esto puede ser conveniente para reducir el presupuesto, dado que se debe pagar un salario menos, pero inconveniente para los alumnos, quienes -en el mejor de los casos- reciben un cincuenta por ciento menos de contenidos de ambas asignaturas.
Tradicionalmente, el estudiante debe completar el año lectivo (el período estipulado para la realización de las actividades escolares) con un promedio que iguale o supere la mínima calificación considerada positiva para pasar al siguiente, hasta que termina el último y finalmente recibe el título oficial que acredita todo su esfuerzo. Para ello es normal la exigencia de superar una cierta cantidad de exámenes, tanto escritos como orales, teóricos o prácticos, que sirven para controlar la precisión con la que los contenidos hayan sido aprendidos.
Asignatura pendiente
Por otra parte, cuando alguien hace referencia a una asignatura pendiente, está hablando sobre un proyecto o un ideal que aún está pendiente de resolución. Por ejemplo: «Mi asignatura pendiente es estudiar chino, pero siempre encuentro alguna excusa para seguir postergándolo», «Sé que me dejaré alguna asignatura pendiente, pero espero resolver la mayoría», «Viajar al Caribe es una asignatura pendiente para mi».
Por lo general, el concepto de asignatura pendiente no se contempla hasta que superamos la juventud y alcanzamos la primera etapa de la adultez. Hasta ese momento, suele desbordarnos la energía vital y no somos conscientes de que habrá muchas cosas que no podamos hacer antes de morir. Esto no es negativo, sino natural, pero los seres humanos siempre queremos más de lo que tenemos, y es esa sed insaciable la que nos mueve hacia adelante.