El término atar procede del vocablo latino aptāre, que puede traducirse como “ajustar”. La acción de atar consiste en inmovilizar, detener o acoplar mediante nudos.
Sujetar o juntar cosas
Al atar algo, se lo sujeta. Tomemos el caso de un globo: para evitar que se vuele, es posible atarlo a un poste, a una silla o a cualquier otro objeto. Para esto se realiza un nudo con su hilo, haciendo que el globo quede unido al elemento en cuestión.
Atar también puede referirse a juntar. Las zapatillas, por ejemplo, traen cordones o agujetas que sirven para ceñirlas al pie. Atar los cordones, en este marco, consiste en ligar los dos extremos.
Existen otros términos similares, como amarrar, aferrar o anudar, que pueden actuar como sinónimos en ciertos casos. Verbos como adherir, soldar o pegar, en cambio, hablan de un tipo de unión mucho más difícil de disolver.
Usos simbólicos
Existen otros usos de atar que son más bien simbólicos ya que no implican una ligadura física o concreta. La noción de atar puede aludir a retener o a eliminar la libertad o capacidad de movimiento.
Supongamos que un club de fútbol desea impedir que otra institución pueda contratar a una de sus figuras. Con ese objetivo, le ofrece al futbolista un contrato muy alto con una cláusula de rescisión virtualmente imposible de pagar. Este contrato, en definitiva, le permite al club atar a la estrella, asegurándose su permanencia en el equipo durante el plazo acordado.
En el plano de las relaciones interpersonales, «atar a alguien» puede significar impedirle que disfrute de otras amistades o de salidas con quienes realmente quiera, más allá de su pareja, sus padres o quien sea que actúe de forma posesiva. Esta actitud es muy común en las personas extremadamente celosas, y puede traer consecuencias de variada gravedad.
También es posible «sentirse atado», más allá de las acciones o actitudes de un tercer. Esto puede pasar luego de haber hecho o prometido algo, entre otras posibilidades, que nos obligue a mantenernos vinculados a una situación determinada hasta que se resuelva. Aquí también son variados los niveles de importancia: luego de haber prometido asistir a una fiesta uno puede sentirse atado a dicha obligación, así como tras haber participado de un asesinato uno puede quedar atado a los cómplices por miedo a ser delatado.
Una ciudad
Atar, por otra parte, es el nombre de una ciudad de Mauritania, ubicada en la parte nororiental del país. Esta localidad de más de 25 000 habitantes es la capital del departamento homónimo y de Adrar, una región de la nación africana.
Cabe destacar que en Atar funciona un aeropuerto internacional, además de un museo y una mezquita de importancia histórica que fue construida en el año 1674. El código de la International Air Transport Association (IATA) para esta terminal es ATR.
Estamos hablando de una ciudad que hasta la llegada de la independencia, gozó de gran importancia para las colonias francesas en lo que a la guarnición de sus tropas se refería. Cuando dicha guarnición sufrió un ataque, en el año 1956, el Ejército de Liberación de Marruecos hizo lo posible por concederle la libertad.
Si bien Atar se encuentra en la parte árida del desierto del Sahara, en sus proximidades se descubrió una gran cuantía de agua, como parte de sus ríos subterráneos. Esto tuvo lugar en el año 2002 como parte de una expedición científica a cargo de Vitaly Gokh, un investigador ruso, haciendo uso de satélites que permitieron estudiar la tierra por medio de la resonancia magnética. Se cree que la cantidad de agua hallada podría alcanzar para el abastecimiento de cincuenta mil personas.