Aumentativo es un término que puede emplearse como adjetivo para calificar a aquello que aumenta (es decir, que incrementa o agranda). El uso más habitual del término, de todos modos, se vincula específicamente a un tipo de afijo.
Un afijo es un elemento lingüístico que puede anteponerse, insertarse o posponerse en un lexema o en una palabra para producir una modificación en su significado. En el caso de los aumentativos, son sufijos: afijos que aparecen al final del lexema o palabra.
Sus características
Los aumentativos expresan un aumento del tamaño, la intensidad o la importancia de aquello que modifican. Entre los aumentativos más usados se encuentran -azo, -ona, -on, -aza, -ota y -ote.
Aunque esos son los elementos que más se usan, hay otros que no son tan habituales, como las terminaciones -acho, -acha, -ton, -tona, -rrón y -rrona, entre otras.
Ejemplos de aumentativos
Numerosas son las ocasiones en las que se recurre al empleo de un aumentativo para dejar constancia de que se está haciendo referencia a algo muy importante o de gran calidad. Así, por ejemplo, se puede decir: «El último trabajo del director Alejandro Amenábar es un verdadero peliculón». De esta manera, se viene a dejar patente que la película que ha realizado está considerada como muy buena en todos los sentidos.
En esa misma línea del citado ejemplo se encuentran otros como los siguientes:
- «Malú está preparando un nuevo álbum que, según quienes lo han escuchado, va a ser un discazo que barrerá en ventas».
- «El encargado de impartir en la facultad la asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo es un profesorazo».
- «El encuentro que van a disputar el F.C. Barcelona y el Real Madrid será un partidazo. Y es que permitirá ver el juego de algunos de los mejores futbolistas del mundo».
Otro ejemplo de aumentativo es «problemazo». En este caso, al término «problema» se le añade el sufijo aumentativo «azo» para formar la noción de «problemazo»: un gran problema. Así pueden construirse expresiones como «No sé cómo vamos a resolver este asunto: ¡es un problemazo!», «Tuve un problemazo con la documentación del coche pero, por suerte, ya pude solucionarlo».
«Partidazo», «tazón», «grandote», «cuerpazo» y «perrote» son otros ejemplos de aumentativos que se usan con frecuencia en varias regiones: «Anoche Brasil y Alemania jugaron un partidazo que finalizó con triunfo del conjunto europeo», «Hoy almorcé un gran tazón de lentejas», «Un hombre grandote intentó golpear a Juan», «La actriz sorprendió con su cuerpazo», «Soñé que un perrote me perseguía para morderme».
Distintos usos
El modo de utilización de los aumentativos varía de acuerdo al país. De esta manera, algunos conceptos que son comunes en una nación pueden resultar extraños en otra.
No menos relevante es que, además de aumentativos, existen los llamados superlativos. Estos aumentan el significado de un término pero en el mayor grado posible. Un ejemplo lo podemos establecer con el adjetivo «grande». El aumentativo puede ser «grandón» o «grandote» mientras que el superlativo sería «grandísimo».