Definición de

Aurora boreal

Luces del norte

La visibilidad de las auroras boreales demanda cielos despejados.

La aurora boreal es un fenómeno lumínico que se produce en el hemisferio norte cuando las partículas que integran el viento solar interactúan con el campo magnético de la Tierra. Eso hace que se generen corrientes de partículas con carga eléctrica que son canalizadas hacia los polos. En este marco, electrones y iones llegan a la ionosfera y colisionan con átomos y moléculas de gases, con lo cual se produce la liberación de energía a modo de fotones.

Esta emisión de luz que se produce puede apreciarse con mayor facilidad en las zonas próximas a los polos magnéticos. Por eso se habla de auroras polares: la aurora boreal en el norte y la aurora austral en el sur.

Origen de la aurora boreal

La aurora boreal, al igual que la aurora austral, surge a partir de la interacción entre el viento solar y el campo magnético del planeta, que guía las partículas hacia la ionosfera; allí colisionan con los gases que componen la atmósfera. Se llama viento solar al flujo de partículas cargadas que sale del sol, mientras que la atmósfera es la capa gaseosa que rodea a un planeta (en este caso, la Tierra).

El viento solar que emite el sol viaja por el espacio y, al arribar al campo magnético terrestre, las partículas cargadas se dirigen a los polos. El fenómeno se produce en la región conocida como magnetosfera o magnetósfera, donde la influencia del magnetismo de la Tierra es preponderante sobre las partículas ionizadas.

Los iones y los electrones que llegan a aquellas capas atmosféricas situadas sobre los 80 km de altura impactan contra átomos de nitrógeno, oxígeno y otros gases, aportándoles una energía adicional que finalmente es liberada en forma de luz.

Polo norte

La noche polar suele ser propicia para apreciar auroras boreales.

Su estudio a lo largo de la historia

Es interesante mencionar que la denominación de aurora fue realizada por Galileo Galilei, quien se inspiró en la diosa del amanecer (Aurora) ya que pensaba que las luces en cuestión eran el reflejo de la radiación solar en la atmósfera. En concreto, Galileo acuñó la idea de aurora boreal. Por aquella misma época, en el siglo XVII, Pierre Gassendi también realizó una descripción del fenómeno y lo documentó científicamente.

Edmond Halley y Henry Cavendish son otros científicos que estudiaron el fenómeno e hicieron importantes aportes a su comprensión. A fines del siglo XIX, en tanto, Kristian Birkeland analizó las auroras boreales en Noruega, Islandia y otras naciones antes de lograr su reproducción en un laboratorio a través del desplazamiento de partículas con carga en un campo magnético, para lo cual recurrió a un dispositivo denominado terrella.

Características de la aurora boreal

Es importante indicar que la posibilidad de visibilizar las auroras suele estar vinculada a la eyección de masa coronal (CME), una clase de tormenta solar que implica una gran emisión de partículas cargadas y plasma.

Los colores de la aurora boreal varían de acuerdo a los gases que interactúan con las partículas del viento solar y a la zona de la atmósfera donde se produce.

Cuando aparece el rojo, la aurora se sitúa en la zona más alta de la ionosfera. Si la luz visible es violeta, la aurora boreal se da en una región atmosférica más baja y generalmente de mayor densidad. El verde, por el contrario, indica que la aurora tiene lugar a una altura de entre 100 y 240 kilómetros.

Turismo auroral

La aurora boreal es un fenómeno atmosférico de interés para la observación astronómica.

Dónde verlas

Las zonas ubicadas cerca del círculo polar ártico y próximas al Polo Norte constituyen los lugares indicados para ver las auroras boreales. Los países de Escandinavia (Noruega, Suecia y en menor medida Dinamarca), Finlandia e Islandia son sitios ideales para la observación de este fenómeno.

La región de Siberia en Rusia, Alaska en los Estados Unidos, ciertas áreas de Canadá y la isla de Groenlandia también resultan propicias  para el avistamiento de auroras boreales. Por eso se trata de destinos elegidos para el turismo astronómico.

El disfrute de este espectáculo natural con su danza de luces requiere de un horizonte despejado y un cielo nocturno sin contaminación lumínica. Muchos viajeros llegan a las zonas aurorales exclusivamente para maravillarse con la luminescencia.

No se puede dejar de mencionar que son espacios de clima extremo, con temperaturas bajo cero. Esta actividad turística, por lo tanto, demanda ropa adecuada.

Frecuencia de las auroras boreales

Aunque en los lugares mencionados líneas arriba es factible observar auroras boreales, es imposible anticipar con exactitud cuándo se producirá el fenómeno y desde dónde se podrá ver.

No obstante, es habitual que se apele a una cuenta de 27 días para predecir las auroras. Es decir: cuando se produce una aurora intensa, suele transcurrir ese lapso hasta la siguiente.

Esto se debe al vínculo entre las auroras y las manchas solares. Una mancha solar es una zona del sol que se caracteriza por su gran actividad magnética y su temperatura inferior respecto a sus alrededores. Las manchas solares producen las eyecciones de masa coronal que, como ya señalamos, incrementan la posibilidad de la aparición de las auroras en el cielo.

Debido a que el sol demora 27 días en completar un giro sobre su eje, ese tiempo es lo que tarda una mancha solar en aparecer nuevamente. Por otro lado, las manchas solares aumentan y disminuyen su actividad en ciclos de once años, con lo cual hay años con mayor cantidad de auroras boreales y australes que otros.

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Cómo citar este artículo Julián Pérez PortoPublicado por Julián Pérez Porto, el 29 de abril de 2025. Aurora boreal - Qué es, origen, historia y características. Disponible en https://definicion.de/aurora-boreal/
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