Bargueño es un término que puede aparecer como adjetivo o como sustantivo. En el primer caso, hace referencia a aquel o aquello nativo u originario de Bargas.
Bargas, en tanto, es un municipio que se encuentra en la provincia española de Toledo. Cuenta con una superficie de casi 90 kilómetros cuadrados y lo atraviesa el río Guadarrama.
Características de Bargas
La llamada agricultura de secano (que apela al agua procedente de las precipitaciones, prescindiendo del riego) es la actividad económica más importante de Bargas. Olivos y distintos cereales son cultivados en sus campos.
La historia local puede apreciarse a través de construcciones como la Ermita del Cristo de la Sala y la Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir. En Bargas también se destacan edificios modernos como el Ayuntamiento y la Iglesia de la Sagrada Familia.
Otros atractivos bargueños son la ruta de senderismo por la ribera del Guadarrama y la ruta urbana conocida como Museo de Escultura al Aire Libre.
Bargueños famosos
El personaje histórico más conocido de Bargas es Pedro Ibáñez de Vargas, caballero que, en el siglo XI, secundó al rey Alfonso VI de León en la campaña llevada a cabo para conquistar Toledo.
Más cerca en el tiempo, ya en el siglo XIX, sobresalen las figuras de los hermanos Benito y Mónico García de la Parra y Téllez. Benito fue un compositor, músico y pedagogo que integró la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y se desempeñó como catedrático en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, mientras que Mónico llegó a dirigir la Banda Municipal de Vigo.
Un tipo de mueble
Decíamos líneas arriba que bargueño es un concepto que puede usarse como adjetivo (vinculado, como vimos, al municipio de Bargas) o como sustantivo. Cuando el término se utiliza como sustantivo, hace alusión a un mueble cuyos orígenes se situarían, justamente, en Bargas.
El bargueño presenta numerosos cajones de tamaño pequeño. Se fabrica con madera, suele contar también con gavetas y puede exhibir ornamentaciones y revestimientos de marfil, oro y otros materiales.
Se estima que el bargueño tuvo su nacimiento en el siglo XVI. Su finalidad era permitir la escritura y el archivo de documentos, siendo susceptible de ser trasladado en un animal de carga por sus dimensiones acotadas.
Distintos modelos de bargueños
Es posible diferenciar entre distintas clases de bargueños. Muchos están equipados con una tapa abatible que, una vez abierta, se convierte en escritorio. Otros bargueños, en cambio, tienen la parte frontal abierta.
De acuerdo a su estilo, se puede distinguir entre el bargueño granadino, el bargueño salmantino y otros. Es interesante señalar que los primeros bargueños carecían de pies o soportes, ya que se apoyaban directamente en el suelo. Con el paso de los años, se acostumbró a elevarlos.
Los historiadores y los coleccionistas sostienen que los bargueños originales, aquellos construidos hace varios siglos, están desapareciendo. La humedad (que propicia la aparición de moho y de hongos) y la invasión de xilófagos (insectos que se dedican a roer la madera) atentan contra estas piezas, que pueden experimentar un notable deterioro si no se toman medidas adecuadas de protección y restauración.