Del latín beneficium, un beneficio es un bien que se hace o se recibe. El término también se utiliza como sinónimo de utilidad o ventaja.
Por ejemplo: «Este banco me ofrece más beneficios a la hora de abrir una cuenta», «Nuestra empresa brinda grandes beneficios a los clientes más fieles», «Con la compra del televisor, accedí a varios beneficios en la tienda».
El beneficio como ganancia económica
El concepto suele usarse para nombrar a la ganancia económica que se obtiene de una actividad comercial o de una inversión. El beneficio, por lo tanto, es la ganancia obtenida por un actor de un proceso económico y calculada como los ingresos totales menos los costes totales. Si una persona compra mercancías por 200 dólares y luego las revende por 500, obtiene un beneficio de 300.
Para calcular el beneficio, es importante tener en cuenta todos los factores que inciden en el proceso económico, incluyendo los gastos operativos, las cargas sociales, etc. Nunca hay que olvidar que los beneficios no están directamente relacionados con los ingresos: una empresa puede tener bajos ingresos y altos beneficios, o viceversa. Todo depende de cómo se gestionen los costos.
El margen y la utilidad
Se conoce como margen de beneficio a la diferencia entre el precio de venta de un producto y los costes de producción. El análisis de coste-beneficio, por su parte, es la evaluación que se realiza para conocer la rentabilidad de un negocio.
El beneficio por acción se calcula al dividir los beneficios de una empresa entre su número total de acciones. El resultado permite conocer el beneficio obtenido por cada accionista en un periodo determinado.
Beneficios del vegetarianismo
A pesar de que puede ser considerado una moda para mucha gente, el vegetarianismo constituye una forma más sana y respetuosa de vivir, y existen diversos motivos que respaldan estas ideas. El consumo de carne está fuertemente ligado a la tradición, pero eso no indica que sea necesario o éticamente correcto, así como muchas otras costumbres sanguinarias que hemos arrastrado durante siglos.
Desde un punto de vista egoísta, ser vegetariano supone diversos beneficios para el propio organismo; por ejemplo, disminuye el consumo de grasa saturada y colesterol, y aumenta la ingesta de fibra dietética, vitamina C y E, potasio, ácido fólico, magnesio y más nutrientes de origen vegetal. En otras palabras, mejora nuestra presión sanguínea y extiende nuestra esperanza de vida, protegiéndonos de ciertas enfermedades crónicas.
En primer lugar, se encuentran las enfermedades del corazón; una persona vegetariana tiene un 25 por ciento menos de probabilidades de morir a causa de una complicación cardíaca, gracias al consumo de leguminosas y granos integrales, que colaboran con la estabilización del nivel de azúcar en la sangre.
El riesgo de padecer cáncer es también menor ya que, según el Fondo Mundial de Investigación de Cáncer, comer carne roja es en parte responsable del desarrollo de esta mortal enfermedad. Por otro lado, el vegetarianismo también ayuda a disminuir las probabilidades de padecer diabetes tipo dos y a combatir la obesidad, trastorno mucho más común en personas omnívoras.
La importancia de la dieta
Uno de los argumentos más comunes de los detractores del vegetarianismo es que acarrea una importante carencia de proteínas; esto, como se ha probado en más de una ocasión, se trata de una observación infundada, ya que hay muchos alimentos de origen vegetal que suplen los nutrientes generalmente asociados a la carne, entre los que se encuentran la soja, los cereales, los frutos secos y las legumbres.
Es importante resaltar que para gozar de todos los beneficios del vegetarianismo es indispensable llevar una dieta adecuada, para lo cual es necesario informarse y atreverse a experimentar con el sinfín de ingredientes que nos ofrece la naturaleza. En este sentido, muchos aconsejan visitar a un profesional de la nutrición como primer paso.