El origen etimológico del término blástula se encuentra en el vocablo griego blastós (que puede traducirse como “germen”), unido al sufijo diminutivo -ŭla. Este concepto pasó al latín científico como blastula y luego llegó a nuestro idioma como blástula.
Se llama blástula a una de las etapas de la embriogénesis de los animales (es decir, de su desarrollo embrionario). La blástula, que sucede a la mórula y antecede a la gástrula, es el segundo estado de este desarrollo.
Formación de la blástula
La reproducción de tipo sexual se inicia con la fecundación que da lugar al cigoto, una célula que resulta de la unión del óvulo (el gameto femenino) y el espermatozozide (el gameto masculino). Este cigoto, en el marco de la embriogénesis, protagoniza un proceso conocido como segmentación, donde primero se produce una masa de células denominada mórula (constituida por células conocidas como blastómeros).
Un líquido crea la cavidad del blastocisto y hace que los blastómeros se movilicen. Sobre el final del proceso de segmentación se forma la blástula, un estado que implica que el organismo ya cuenta con más de 64 células.
Diferentes tipos de células
El embrión, en la fase de blástula, presenta distintos tipos de células (también llamadas, en este contexto, blástulas). De acuerdo a diferentes características, es posible hacer referencia a las estereoblástulas, las periblástulas, las celoblástulas o las discoblástulas.
Esta clasificación se basa en las diferencias que cada tipo de blástula tiene en su contenido, así como en la forma en que se distribuye el vitelo del huevo, algo también relacionado con la clase de segmentación. Veamos cada uno de estos cuatro tipos de blástula en detalles:
* estereoblástulas: en ocasiones, el blastocele es virtual porque lo ocupan blastómeros voluminosos cuyo polo es vegetativo, y en estos casos es posible hablar de estereoblástulas. Sobre la masa de macrómeros de estas blástulas podemos apreciar un casquete de micrómeros;
* periblástulas: son originadas por los huevos centrolecíticos (tipo de cigoto con abundante vitelo y el citoplasma rodeando la masa central; su segmentación es superficial y parcial) de los artrópodos y exhiben un blastocele virtual, con blastómeros que rodean la masa de vitelo no segmentado;
* celoblástulas: la segmentación total desigual o igual que tiene lugar si el huevo tiene poco vitelo y se distribuye en granulaciones de modo uniforme por el citoplasma deriva en el surgimiento de la celoblástula, una blástula cuyo blastocele posee una capa regular de células a su alrededor. En un primer momento, es correcto decir que sus blastómeros son todos iguales; sin embargo, el blastocele se mueve hacia el polo animal y por ello acaba siendo irregular. Esto ocurre en los huevos heterolecíticos a causa de que los blastómeros del polo vegetativo tengan una mayor riqueza en vitelo y un mayor tamaño;
* discoblástulas: se originan en los huevos telocíticos de reptiles y peces por medio de la segmentación parcial discoidal. Podemos apreciar un casquete de blastómeros encima del vitelo no segmentado si observamos el polo animal del huevo.
La blástula en la embriogénesis
Durante la embriogénesis el volumen de la blástula crece hasta que esta estructura, de a poco, se rompe. Unos cinco días después de la fecundación, la blástula desaparece y surge la gástrula en el marco de una reestructuración que recibe el nombre de gastrulación.
Este término también aparece con frecuencia en el ámbito de la reproducción asistida, donde puede usarse para hacer referencia al ectodermo, la capa más externa del embrión. En total son tres, y las otras dos se denominan endodermo (la proximal) y mesodermo (la intermedia). Durante el desarrollo embrionario, la capa externa es la primera en generarse, precisamente a lo largo de la fase de blástula; más tarde, permite el surgimiento de las dos restantes, cuando llega a la gastrulación.