Se llama boquete a una abertura de pequeñas dimensiones que permite acceder a un sitio. El término, que deriva de boca, también se utiliza para nombrar al agujero que se hace en un muro o en una pared.
Por ejemplo: «Los ladrones hicieron un boquete en la pared del banco y se llevaron todo el dinero de las cajas», «La lagartija se escapó por el boquete», «Un operario de mantenimiento abrió un boquete en un fresco del siglo XIV por error».
La noción de boquete puede utilizarse con referencia a una rendija o una grieta en sentido simbólico. De este modo alguien podría decir que un abogado aprovechó un boquete legal para lograr que una persona condenada por homicidio quedase en libertad, o que los fondos aportados por un inversor a una empresa se perdieron por un boquete en las cuentas.
El uso más habitual del concepto, de todos modos, alude a un orificio físico que se produce en una construcción o un objeto. La creación de boquetes para ingresar a un lugar cerrado es una técnica delictiva habitual. Los delincuentes que realizan boquetes con fines de robo son llamados boqueteros. Un grupo de boqueteros, en este sentido, puede hacer un boquete en el techo de una tienda de ropa para acceder al establecimiento cuando está cerrado y así robar mercadería.
Los boquetes no siempre se hacen en superficies de cemento o ladrillo; de hecho, en obras de decoración muchas veces es necesario taladrar un hueco en un panel de cristal, algo que requiere de conocimientos previos y mucha atención para evitar accidentes.
En primer lugar, como en cualquier otro caso, debemos encontrar la broca adecuada, que siempre debe ser más dura que el material a taladrar. Para ello debemos identificar el tipo de vidrio, teniendo en cuenta que no se puede hacer un boquete en vidrio templado o de seguridad.
Más allá de la broca, las herramientas y los accesorios que necesitamos para hacer un hueco en una estructura de vidrio no son especiales: sirven la mayoría de los taladros eléctricos de uso doméstico, así como los guantes y las gafas de protección que debemos ponernos para reducir las probabilidades de lesionarnos. Esto no quiere decir que podamos usar un taladro del mismo modo en un muro que en una ventana: para agujerear cristales es necesario reducir la potencia, lo cual extiende indefectiblemente el proceso.
Si el objeto a taladrar es relativamente pequeño, se recomienda ubicarlo dentro de un recipiente de plástico antes de comenzar a taladrar, habiendo colocado previamente unas cuantas hojas de periódico en su interior. Una alternativa es apoyarlo sobre una almohadilla que pueda adaptarse a su forma. Lo importante es nunca sostener el objeto con la mano mientras lo agujereamos.
Para evitar que la broca se deslice mientras estamos taladrando, algo que en el mejor de los casos puede arruinar el trabajo, se aconseja recubrir la superficie con una hoja de cartón grueso y adherirla con cinta o pegamento.
Entre las provincias españolas de Granada y Málaga, por su parte, existe un puerto de montaña llamado Boquete de Zafarraya, ubicado en la Sierra de Alhama, en la Cordillera Penibética. Se trata del paso natural de mayor importancia entre la provincia de Granada y La Axarquía malagueña (que se debe pronunciar como si hubiera una J en lugar de la X, es decir, «Ajarquía»).
La importancia del Boquete de Zafarraya no es reciente; ya desde la prehistoria quedaron evidencias del poblamiento de este sitio, en forma de restos que aparecieron en dos cuevas, una homónima y otra denominada del Tajo.
Boquete, por último, es el nombre de un distrito que se encuentra en la provincia panameña de Chiriquí. Su capital se denomina Bajo Boquete, una ciudad donde viven más de 4.000 personas.
