Bufón es un término que tiene su origen en la lengua italiana. El concepto permite nombrar a un personaje similar a un payaso cuya finalidad es provocar risas y entretener al público.
En la antigüedad, los bufones tenían la función de amenizar los días de los monarcas. El bufón apelaba a chistes y bromas de todo tipo con la intención de aportar entretenimiento. Por eso su presencia era habitual en los eventos cortesanos.
Los bufones, de todos modos, solían ser personas con anormalidades físicas, por lo que provocaban risa a partir de su cuerpo y de su gestualidad, más allá de lo que expresaran en sus rutinas. Podría decirse que, en muchas ocasiones, los reyes se reían de los bufones, y no de sus actos.
El término bufón en la actualidad
Hoy, la noción no se utiliza demasiado. El personaje dedicado a animar fiestas y a desarrollar espectáculos cómicos recibe el nombre de payaso. Bufón, en cambio, se emplea como adjetivo para calificar a aquella persona que suele causar gracia, ya sea adrede o sin intención.
Por ejemplo: «Si quieres conseguir empleo, tienes que comportarte con seriedad en las entrevistas: nadie desea contratar a un bufón», «El actor expresó sus intenciones de trabajar en una película dramática, ya que pretende demostrar que es más que un bufón», «No seas bufón, quítate esa máscara y vuelve a clase».
Otros usos del concepto
Otro uso del concepto de bufón que reconoce la Real Academia Española (RAE) se asocia a la idea de buhonero. Un buhonero es una persona que comercializa mercaderías de manera informal y sin un espacio fijo, lo que en algunos países se conoce como vendedor ambulante.
Para la geología, el bufón es una formación que se encuentra en zonas de playa. Es una grieta que hace las veces de chimenea que se abre en acantilados y que se encuentra vinculada con simas marinas (cavidades que se conectan con el exterior a través de conductos o pozos verticales o en pronunciadas pendientes y que surgen de una erosión cárstica, o sea, por meteorización química).
Como sucede con otras formaciones naturales, el bufón atrae a muchas personas por ofrecer un cuadro ciertamente impactante y un espectáculo cuando el agua del mar sale con fuerza hacia la superficie, como si se tratara de un géiser de agua fría. Para que suceda dicha expulsión es preciso que el mar se encuentre en pleamar (o marea alta), o sea, que el agua haya alcanzado su altura máxima en el ciclo de las mareas; en ese momento, si el agua impacta fuertemente contra un acantilado que tenga un bufón, entonces la misma saldrá con fuerza hacia arriba emitiendo un sonido muy particular.
Dicho sonido se asemeja al bufido, un peculiar ruido que hacen ciertos animales cuando están enfadados, y de dicho término deriva el nombre bufón en este caso, a diferencia de sus otras acepciones. Cabe mencionar que el resoplido del bufón puede llegar a oírse a muchos kilómetros de distancia.
Formación de un bufón
La formación de un bufón se da a causa de la constante erosión del agua marina contra los relieves cársticos, principalmente los acantilados de caliza, los cuales agujerea por su parte baja una vez que se adentra por los puntos más débiles y comienza a disolver la caliza a la vez que forma cuevas y galerías cuya extensión hacia el interior puede alcanzar los 100 metros.
Resulta interesante notar que los bufones suelen formarse en grupos, aunque cada uno tenga una potencia diferente. Con respecto a su ubicación específica, son muy comunes en la costa oriental de Asturias, en España, debido a sus características geológicas tales como las fracturas perpendiculares al mar y los materiales calizos del paleozoico. Entre los bufones más famosos se encuentran los de Pría, Santiuste y Arenillas.