Un cable coaxial es un tipo de cable que se utiliza para transmitir señales de electricidad de alta frecuencia. Estos cables cuentan con un par de conductores concéntricos: el conductor vivo o central (dedicado a transportar los datos) y el conductor exterior, blindaje o malla (que actúa como retorno de la corriente y referencia de tierra). Entre ambos se sitúa el dieléctrico, una capa aisladora.
Cabe destacar que el cordón que permite conducir electricidad y que está recubierto por una envoltura compuesta por varias capas se conoce como cable. Lo habitual es que esté fabricado con conductores eléctricos como el aluminio o el cobre.
Orígenes del cable coaxial
Los cables coaxiales fueron desarrollados en la década de 1930 y gozaron de gran popularidad hasta hace poco tiempo. Actualmente, sin embargo, la digitalización de las distintas trasmisiones y las frecuencias más altas respecto a las usadas con anterioridad han hecho que estos cables sean reemplazados por los cables de fibra óptica, que tienen un ancho de banda más importante.
La estructura del cable coaxial se compone de un núcleo desarrollado con hilo de cobre que está envuelto por un elemento aislador, unas piezas de metal trenzado (para absorber los ruidos y proteger la información) y una cubierta externa hecha de plástico, teflón o goma, que no tiene capacidad de conducción.
Entre los diversos tipos de cable coaxial (con distintos diámetros e impedancias), los más frecuentes son los fabricados con policloruro de vinilo (más conocido como PVC) o con plenum (materiales que resisten el fuego).
Las redes de telefonía interurbana, Internet y televisión por cable, la conexión entre la antena y el televisor, y los dispositivos de radioaficionados pueden usar cables coaxiales.
El audio digital
El ámbito donde más comúnmente se encuentran cables de tipo coaxial es el audio digital. En este caso, el conector se asemeja a un RCA (el tipo de conexión utilizado para audio y vídeo analógicos, que consta de un enchufe blanco, uno rojo y uno amarillo), aunque la información que transporta es absolutamente diferente. En comparación con un cable de audio normal, es bastante más grueso, ya que utiliza el mismo tipo de maya que se aprecia en los cables de antena de televisión tradicionales.
El coaxial digital transmite una señal eléctrica, la cual recorre el hilo de cobre que se encuentra en su interior, recubierto de papel aluminio para evitar las interferencias. La primera diferencia con respecto a los cables de audio analógico es el precio; dado que la calidad de sonido que ofrecen es muy superior, es necesario pagar casi diez veces más. Esto puede tentar a un usuario inexperto a fabricar una alternativa casera partiendo de un cable RCA tradicional, cometiendo un grave error.
Entre las desventajas de tal decisión se encuentran la ausencia de aislamiento, que causa pérdidas de señal en cables muy largos, y una disminución considerable del ancho de banda. Esto se traduciría en sonido cortado, ya que no se recibiría toda la información digital proveniente del dispositivo de manera constante. Además, se percibiría interferencia de otros aparatos eléctricos.
Si se tiene en cuenta que los cables coaxiales de audio no cuestan mucho dinero y que, asumiendo que se posea el equipo necesario, ofrecen una calidad de audio considerablemente superior, la decisión de no adquirirlos resulta difícil de entender. Es importante entender que, como el tipo de información que transmiten es digital, puede incluir tanto los dos canales del sonido estéreo como los seis del ambiental (generalmente conocido como surround). Además, como sucede con el vídeo a través de HDMI o DVI, no se necesita gastar grandes sumas de dinero para buscar los mejores resultados, ya que (aún en productos económicos) los datos digitales son siempre iguales.