Un caparazón es una cubierta o una estructura que existe en diferentes tipos dentro del reino animal, pero que también puede ser fabricado por el ser humano para proteger ciertos productos. La etimología de caparazón nos lleva al vocablo occitano capairon.
Protección del cuerpo
Se llama caparazón a la protección que resguarda el cuerpo de varios animales, como los quelonios y los crustáceos. En ciertas regiones del continente americano, el término se emplea en femenino (la caparazón), aunque es más habitual su uso en masculino (el caparazón).
Tomemos el caso de las tortugas. Estos animales tiene el dorso protegido por un caparazón que está formado por una placa denominada osteodermo, cubierto a su vez por escamas que contribuyen a darle mayor dureza.
El armadillo es otro animal que presenta un caparazón. También conocido como tatú o mulita, este mamífero dispone de un caparazón constituido por placas que se yuxtaponen.
Caparazón de la tortuga
El caparazón de la tortuga cumple perfectamente su función de proteger los tejidos blandos del animal, pero también resulta fascinante a los ojos de las personas. Esto se debe en parte a que nuestra especie no cuenta con una estructura comparable, pero también con los diferentes diseños que exhiben las tortugas de tierra y agua en estas placas, que van cambiando con el paso de los años.
Mientras que la parte ósea del caparazón de la tortuga es de origen dérmico, el de las escamas es epidérmico, es decir que el primero se origina bajo el segundo. Además, la configuración de ambas es diferente. La parte superior del caparazón se conoce como espaldar, mientras que la central, plastrón. Dentro del primero se encuentran unidas las costillas y la columna vertebral, razón por la cual las tortugas no tienen una gran movilidad.
Volviendo al aspecto visual del caparazón, su textura puede ser rugosa, granulosa o lisa, o bien tener estas tres características combinadas. Hay especies de tortugas que exhiben diseños muy distintivos, e incluso algunas cuyos caparazones presentan una mayor flexibilidad.
Su formación parte de una peculiaridad en la forma en que se desarrollan la caja torácica, la pelvis y la escápula. De hecho, tiene cincuenta huesos dermales que no se encuentran en otros vertebrados, lo cual vuelve única la organización de sus huesos. En resumen, podemos decir que el caparazón de la tortuga tiene una parte interna de huesos dermales y una externa que la protege y se fortalece año tras año.
Cobertura o funda
La idea de caparazón, por otra parte, alude a la cobertura que se utiliza para tapar la silla de montar o el albardón. Este caparazón puede confeccionarse con tela o piel.
En un sentido más amplio, se llama caparazón a cualquier tipo de cubrimiento o funda que se coloca sobre algo para protegerlo. Incluso el concepto se puede usar de manera simbólica. Por ejemplo: “Los éxitos de épocas pasadas fueron el caparazón que le permitió al entrenador del Deportivo San Juan resistir la mala racha de los últimos meses”, “Cuando un inmigrante se encuentra deprimido, tiende a refugiarse en el caparazón de la cultura de su tierra”, “Debemos reforzar el caparazón institucional para que los derechos de los trabajadores no sean vulnerados”.
Cuando se habla de un caparazón en sentido figurado, hace referencia a una situación que, ya sea de manera espontánea o planeada, ofreció a alguien una cierta protección frente a un peligro o un riesgo. Esto podemos apreciarlo en el primer ejemplo, donde el entrenador deportivo no sufrió una repercusión tan negativa ante los fracasos recientes porque su equipo había conseguido suficentes victorias en el pasado reciente como para elevar su imagen y merecer el respeto de la crítica.