Un carancho es un ave rapaz nativa del continente americano. Los ejemplares de las distintas especies de caranchos forman parte del género conocido como Caracara.
Antes de avanzar, es importante tener en cuenta que el término carancho también se usa para aludir a animales de otros grupos. Eso ocurre en algunos países con los búhos (de los géneros Bubo, Glaucidium o Asio) y con los llamados caranchos australes (de nombre científico Phalcoboenus australis).
Características del carancho
Decíamos que los caranchos son aves rapaces o de presa: gracias a sus garras y su pico, pueden cazar y alimentarse de otras especies. En este caso, suelen comer reptiles, aves, mamífero pequeños e insectos.
Por otro lado, el carancho es carroñero debido a que su alimentación incluye animales muertos. En su dieta también aparecen los huevos que roba de nidos.
Habitualmente el carancho tiene una longitud de entre cincuenta y sesenta centímetros. Su cabeza es oscura, mientras que su cuerpo también es parduzco aunque algo más claro.
Su hábitat
Al carancho de la especie Caracara plancus se lo puede encontrar en numerosas naciones sudamericanas, como Venezuela, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Bolivia, Brasil y Argentina. Esta ave se ha adaptado a distintos entornos, viviendo tanto en llanuras y bosques como en áreas urbanas.
En el caso del Carara cheriway (carancho norteño), se extiende al norte: no solo habita en Sudamérica, sino que también se lo halla en Centroamérica, la región del Caribe e incluso en México y en la zona austral de Estados Unidos.
Vínculo entre el carancho y el hombre
Los medios de subsistencia del carancho suelen estar relacionados con el accionar de los seres humanos. Es frecuente que se alimente de los restos de los animales que son atropellados en rutas (carreteras) y caminos, por ejemplo.
En el ámbito rural, el carancho es un visitante indeseado porque puede atacar al ganado y a las gallinas. En la ciudad, por el contrario, contribuye al control de plagas como las palomas o las ratas.
Uso despectivo del término
La noción de carancho puede tener una connotación negativa, siendo empleada para calificar a los sujetos oportunistas y como parte de expresiones que aluden a cuestiones indeseadas.
En el territorio argentino, se suele llamar carancho al abogado que aprovecha o incluso fuerza determinadas situaciones para iniciar contiendas legales o negociaciones que pueden aportarle dinero de forma poco ética. En su operatoria, suelen estafar a sus clientes, ofreciéndoles acuerdos por afuera del ámbito legal.
Un carancho puede recorrer hospitales en búsqueda de víctimas de accidentes laborales, por mencionar una posibilidad. A estos individuos les ofrece una suma para que renuncien a demandar a la empresa, asegurándoles que no lograrían un monto mayor por el camino legal. Con el documento ya en su poder, el carancho luego se contacta con la aseguradora de la compañía en cuestión para venderle el compromiso de la víctima por una cantidad mucho más alta, aunque inferior a la que podría llegarse en un juicio.
El accionar de estos abogados puede verse en una película titulada justamente «Carancho», dirigida por el argentino Pablo Trapero. El filme, estrenado en 2010, cuenta con las actuaciones de Ricardo Darín y Martina Gusmán.