Se llama cardo a una planta de tipo anual que se caracteriza por contar con hojas de gran tamaño y espinas. Los cardos (término que procede del vocablo latino cardus) forman parte del grupo de las plantas compuestas o asteráceas, cuyas flores se presentan como inflorescencias compuestas rodeadas por brácteas.
Por tratarse de un concepto del lenguaje coloquial, de todas formas, se conoce como cardo a plantas de distintos géneros y familias. La Cylindropuntia rosea, por ejemplo, recibe el nombre de cardo. Esta planta se encuentra en desiertos de México y de los Estados Unidos.
Las especies Carduncellus monspelliensium, Carthamus lanatus y Cirsium echinatum, entre muchas otras, también se llaman cardos. Por eso es importante tener en cuenta que hablar sobre cardos es hacer referencia a muchas plantas distintas, con características en común pero también con múltiples diferencias.
Hay cardos comestibles, como el Cynara cardunculus. Las raíces, los tallos y las flores de este cardo pueden prepararse de distintas maneras. Se trata de un alimento rico en agua, con poca cantidad de grasas, proteínas e hidratos de carbono.
Del mismo modo que las alcachofas, el cardo es un alimento muy beneficioso para nuestra salud, en especial para cuidar la vesícula y el hígado. Los dos son altamente ricos en cinarina, un componente coleréctico, o sea que sus propiedades promueven la producción de bilis, ideal para mejorar la digestión y evitar una serie de problemas que derivan de la mala digestión, como ser la acidez intestinal, la pesadez y los gases.
Otra de las propiedades medicinales del cardo es que disminuye el riesgo de retención de líquidos. Gracias a sus ácidos (sobre todo al cafeico, el ascórbico y el clorogénico), a la cinarina y al calcio, este alimento consigue que el organismo sienta la necesidad de orinar. Estos componentes son muy útiles en situaciones y cuadros tales como obesidad, reumatismo, piedras en los riñones, hipertensión arterial, trastornos propios del síndrome premenstrual y exceso de ácido úrico.
Para adelgazar, el cardo también tiene beneficios dignos de ser destacados, como ya se menciona ligeramente más arriba. Además de promover la digestión y la diuresis, su contenido en calorías es muy bajo, aproximadamente la mitad del que poseen las alcachofas, lo cual se combina con su gran porcentaje de agua y potasio para dar con una fórmula ideal contra el aumento anómalo de peso.
Por otro lado, muchos especialistas recomiendan este alimento para complementar el tratamiento contra la diabetes. Y es que el cardo tiene un polisacárido llamado inulina que colabora con el descenso del nivel de azúcar en la sangre. Otros vegetales de la familia de las compuestas también poseen este componente; tres ejemplos son el ajo, la cebolla y la achicoria, y se usan para la producción de fructosa.
Como si todo esto fuera poco, la inulina también promueve la absorción de calcio y ayuda a disminuir el grado de colesterol, con lo cual se vuelve ideal en la prevención de la osteoporosis, el cáncer de mama y el de colon, además de incrementar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Asimismo, este componente del cardo comestible tiene propiedades bifidogénicas, o sea que estimula el aumento de bacterias que benefician el intestino.
En la época del Imperio Romano, un cardo era una calle que se orientaba del norte hacia el sur. El Cardō Maximus era el cardo más importante de una colonia o de un campamento, que se cruzaba con otra calle de gran relevancia: el Decumanus Maximus.
También en la época romana, existía una divinidad conocida como Cardo, Cardinea o Cardea. De acuerdo a la mitología, Cardo era una diosa vinculada a la salud y al viento.