Categórico es un adjetivo que se usa para calificar a aquello que es terminante o concluyente. El término deriva del latín tardío categorĭcus, a su vez procedente del vocablo griego katēgorikós.
Algunas oraciones de ejemplo
Por ejemplo: “El presidente fue categórico y descartó realizar un acuerdo comercial con la nación asiática”, “Soy categórico cuando hablo de mi trabajo porque defiendo mis intereses”, “El sector agropecuario expresó su categórico rechazo al nuevo impuesto que pretende fijar el gobierno”.
Estos tres ejemplos nos muestran algunos matices de este término en situaciones diferentes, aunque siempre hacen referencia a una decisión o una postura rígida. Comencemos por la declaración categórica del presidente: en lugar de simplemente expresar una opinión abierta al debate, comunica de manera firme e inamovible su visión con respecto al potencial acuerdo comercial con el país de Asia; es decir, se muestra tan seguro en su postura que no acepta discusión alguna.
Luego tenemos a una persona que asegura tener una visión muy clara y definida en lo que a su puestro de trabajo se refiere. Dice que su forma de tratar el tema es categórica porque no quiere descuidar sus propios intereses. Esto puede significar que en las reuniones con sus superiores, por ejemplo, jamás acepta condiciones que lo perjudiquen, ya sea a nivel monetario o profesional dentro de la empresa.
Y esto nos lleva a un detalle que es importante mencionar antes de proceder a analizar el tercer ejemplo: lo categórico no es normal, sino que tiene un carácter muchas veces desafiante, razón por la cual puede traerle consecuencias negativas a quien se expresa de esta manera. La sociedad no nos educa para ser tan decididos, sino para seguir un camino previamente trazado: levantarse contra esta imposición no suele ser bien visto y requiere una gran fuerza interior para sostenerse en pie y soportar la respuesta.
Por último se habla del rechazo del sector agropecuario a un impuesto que el gobierno pretende aprobar. Dado que aceptarlo podría afectar negativamente su desarrollo profesional, se hacen oír mediante una serie de manifestaciones con el objetivo de que los dirigentes reviertan su decisión y les permitan continuar con su trabajo como hasta entonces.
En contexto
Lo categórico no acepta discusiones ni réplicas. Se trata de algo tajante que no permite cuestionamientos. Veamos dos situaciones a continuación para ilustrar el concepto.
Supongamos que un empresario planea vender su compañía. Con dicho objetivo, se reúne con un inversor que está interesado en adquirir la firma. A la hora de empezar a negociar, el vendedor afirma: “No pienso vender mi empresa por menos de dos millones de pesos, así que si usted tenía pensada otra cifra, mejor no perdamos el tiempo”. Como se puede advertir, el dueño de la empresa es categórico ya que no está dispuesto a modificar sus pretensiones.
Tomemos el caso de un equipo de fútbol donde, según algunos periodistas, existe un conflicto entre el capitán y el entrenador. En los medios de comunicación se habla de ese supuesto enfrentamiento que, de acuerdo a las versiones, sería muy grave. Ante este panorama, el futbolista convoca a una rueda de prensa y se muestra categórico: “No hay ningún problema entre el entrenador y yo, así que dejen de mentir. De hecho siento un gran afecto y respeto por él, me parece un hombre muy capacitado que siempre me ha ayudado a rendir al mejor nivel”.
Ser categórico es muy útil para defender los propios derechos o para luchar contra las calumnias, típicas de los ámbitos en los que abundan el dinero y los intereses políticos. Si estamos seguros de nuestras ideas, entonces éste es el modo de expresarlas.