Replicar es un verbo cuyo origen etimológico se encuentra en el latín replicāre. Se trata de la acción de rechazar o refutar un argumento a través de una respuesta que evidencie dicha oposición.
Por ejemplo: «El diputado no tardó en replicar los dichos del periodista», «No creo que nadie pueda replicar mis afirmaciones ya que no son más que la pura verdad», «Si pretendes replicar las afirmaciones de Manfirolli, hazlo con argumentos sólidos».
Replicar como rebatir o refutar
Puede decirse que replicar consiste en responder con una opinión contraria.
Supongamos que el intendente o alcalde de una ciudad afirma en declaraciones periodísticas que la inseguridad ha disminuido en la región. Un político opositor, ante estas palabras, decide replicar al alcalde, asegurando que el número de delitos en la ciudad creció un 14,9% en el último año. Para respaldar sus dichos, exhibe un informe elaborado por una consultora.
El término asociado al ADN
Antiguamente, replicar se empleaba como sinónimo de repetir o reproducir. Hoy se conoce como replicación de ADN a un proceso que lleva al ácido desoxirribonucleico a duplicarse. Esto permite que una molécula de ADN tenga una copia exacta.
Este proceso de duplicación del ADN sigue un mecanismo semiconservador, o sea que cuando se separan las dos cadenas complementarias de ADN originales son utilizadas como moldes para la creación de una nueva, de manera que cada doble hélice nueva tenga una de las cadenas del original.
Gracias a que las bases de la secuencia de cada cadena de ADN se complementen, es posible la formación de una réplica idéntica. De esta manera, la información genética de una célula madre puede ser transmitida a las hijas, y la misma sirve como fundamento de la herencia del material genético. Uno de los conceptos básicos de este fenómeno es el origen de replicación, ya que se trata del punto del cromosoma en el cual comienza el proceso de duplicación.
En otras palabras, el origen de replicación es una secuencia de nucleótidos determinada desde la que tiene lugar el desarrollo de una horquilla de replicación, la coyuntura que da lugar a las dos cadenas nuevas de ADN. Los procariotas, por lo general, tienen un solo origen de replicación en el ADN; los eucariotas, por su parte, suelen presentar varios por cromosoma, gracias a lo cual la replicación tiene lugar a una velocidad acorde a la longitud de sus cadenas de ADN. Cuando se observan múltiples orígenes, se habla de burbuja de replicación.
Replicar como reproducir
Debido a esta acepción de la idea de replicar, aún puede encontrarse un uso del concepto vinculado a la repetición, reproducción o simulación de algo. Por eso se indica que un simulador de vuelo permite replicar las condiciones de vuelo que existen en la realidad: el piloto que utiliza el simulador deberá afrontar las mismas situaciones que ocurren en un avión que está volando a miles de metros de altura.
Cuando se pretende elaborar la réplica de escenarios y condiciones de la naturaleza es imprescindible contar con una serie de conocimientos específicos que se obtienen como resultado de la observación y experimentación en diversos campos. Un simulador de vuelo, por continuar con el ejemplo anterior, debe reproducir con un alto grado de precisión tanto el funcionamiento de la aeronave como las características del entorno, especialmente del clima.
Replicar las condiciones climáticas y el comportamiento del viento es un proceso muy complejo, que cada vez la ciencia puede hacer con mayor exactitud, en parte por los avances tecnológicos a su disposición, pero también dados los nuevos descubrimientos de la física, donde podemos encontrar la meteorología. La réplica de un vehículo en miniatura, por otro lado, da lugar a creaciones de gran interés para los coleccionistas y amantes del automovilismo, y exige un conocimiento al milímetro de los modelos originales, tanto de sus proporciones como de la relación entre cada uno de sus componentes.