Cenicienta es un personaje de ficción que protagoniza un cuento de hadas, conocido también con ese nombre (“Cenicienta” o “La Cenicienta”). Por eso el término puede aparecer como un sustantivo propio.
Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce una acepción del concepto como sustantivo común, cuyo significado deriva de la mencionada obra literaria. Se llama cenicienta a aquel o aquello que sufre un menosprecio o que padece de postergaciones y privaciones de manera injusta.
El cuento de Cenicienta
Como indicamos más arriba, “Cenicienta” es un cuento de hadas ya que incluye hechizos o encantamientos. Además puede considerarse un cuento folclórico debido a que, en sus inicios, se transmitía oralmente.
Se estima que la historia nació en el Antiguo Egipto, donde el arquetipo del relato también está presente en otras expresiones culturales. Además pueden encontrarse narraciones de este tipo, con tramas y personajes semejantes, en la Antigua Grecia, el Imperio romano, Persia y el territorio chino.
Al italiano Giambattista Basile (1566–1632) se lo señala como pionero en la publicación del cuento escrito. La versión posiblemente más famosa, en tanto, apareció en 1697 y corrió por cuenta del francés Charles Perrault (1628–1703).
Otra variante de “Cenicienta” que alcanzó una enorme popularidad fue la creada por los hermanos alemanes Jacob y Wilhelm Grimm. En este caso, la obra data de 1812.
La historia
Aunque con diferencias en cada relato, a nivel general el argumento gira en torno a Cenicienta, la hija de un noble viudo. Este hombre contrajo matrimonio por segunda vez con una mujer que ya tenía dos hijas.
Cenicienta, en este marco, es maltratada por su madrastra y sus hermanastras. La obligan a realizar las tareas domésticas y a vestirse con harapos. La vida de Cenicienta cambia a partir de la fiesta que organiza el monarca del reino donde vive con el objetivo de que su hijo (el príncipe) pueda elegir a su futura esposa. Con dicha finalidad, el rey invita a todas las jóvenes de la región.
En un primer momento, la madrastra le impide a Cenicienta asistir al evento. Sin embargo, hace su aparición el hada madrina de Cenicienta, quien recurre a sus poderes para convertir a una calabaza en una carroza; a roedores y lagartijas en caballos y cocheros; y a la ropa de la muchacha en un vestido de lujo. Así Cenicienta acude al baile, aunque con la advertencia de que el encantamiento llegara a su fin a la medianoche.
En la celebración, Cenicienta enamora al príncipe. En los segundos previos a la llegada de la medianoche, debe salir presurosa antes del final del hechizo y pierde su zapato. El príncipe, deseoso de reencontrar a la chica, recoge el zapato y se lo hace probar a todas las jóvenes, buscando a su dueña (es decir, a Cenicienta).
Cuando finalmente descubre a Cenicienta, le sorprende su aspecto. Hasta que aparece nuevamente el hada madrina, vuelve a hacer uso de su magia y el príncipe confirma la identidad de su enamorada, con quien luego se casa.
Cenicienta como sustantivo común
En el lenguaje coloquial, la idea de cenicienta refiere a alguien o algo relegado con injusticia. Una cenicienta, pues, sufre desprecio o marginación.
Por ejemplo: “La cenicienta del torneo volvió a sorprender al derrotar al vigente campeón”, “En mi trabajo yo era la cenicienta, pero con el tiempo pude demostrar mi valor y me gané el respeto de todos”.