El término chacra proviene del vocablo quechua chakra. Se trata de un concepto empleado en el continente americano para aludir a una granja.
Las chacras, por lo tanto, son fincas o haciendas rurales. Por lo general se dedican a la cría de ganado o al desarrollo de actividades agrícolas y disponen de una o más construcciones donde habitan los trabajadores.
Hay chacras que son gestionadas y operadas por un grupo familiar. En otros casos, en cambio, constituyen un emprendimiento de una comunidad o incluso de una compañía comercial.
Estos emprendimientos cuentan con las estructuras y los equipamientos necesarios para llevar adelante sus tareas. Lo habitual es que se orienten a la producción alimenticia, aunque pueden incursionar en otros rubros, como el turismo y la generación de energía.
En ocasiones, se utiliza la idea de chacra para aludir a una casa de descanso. Estas propiedades se encuentran en zonas rurales o agrestes y son usadas por sus propietarios durante los fines de semana y las vacaciones.
Existe, por otro lado, el concepto de estancia, el cual suele confundirse con el de chacra porque no hay diferencias tangibles como las que existen entre «vivienda» y «hotel», por ejemplo. Hay quienes consideran que las estancias poseen una extensión considerablemente mayor que las chacras, pero no es éste el parámetro más importante ni decisivo para distinguirlas, sino que debemos centrarse en sus actividades.
La estancia se define como un establecimiento rural en el que por lo general se explota más de un rubro, una de sus principales diferencias con la chacra. Si nos remitimos por un momento a la época de la colonización española, este nombre los recibían los asentamientos de los colonizadores. Con el paso de las décadas, estos espacios pasaron a pertenecer a los llamados hacendados, sus dueños, quienes las recibían como premios por diferentes méritos de gran importancia.
Al día de hoy, son muy numerosas las empresas que cuentan con sus propias estancias, muchas de ellas las compran en países extranjeros para aprovechar las propiedades de sus suelos, sus climas o para conseguir precios más bajos. Sobra decir que las estancias de las grandes multinacionales son de una extensión más que considerable.
Volviendo a la chacra, no basta con observar sus dimensiones para descartar la posibilidad de que sea una estancia, sino que suele pertenecer a un grupo familiar y destinarse a la producción necesaria para el propio consumo, o bien para ventas regionales que persigan el propio sustento económico, en lugar de la organización de una gran empresa. Esto sumado a su tendencia a dedicarse a un solo tipo de explotación la convierte en «una versión personal de la estancia», independientemente de la cantidad de hectáreas sobre las que se extienda.
El concepto de chacra o chakra, por otra parte, aparece en filosofías orientales y en el hinduismo. Un chacra, según estas creencias, es un centro energético del cuerpo que se encarga de la regulación de las emociones, la psiquis y el funcionamiento orgánico.
Según la doctrina, se reconocen entre seis y siete chacras en el cuerpo del ser humano, cuya energía no puede medirse. Estos puntos se extienden entre la base de la columna vertebral y el entrecejo.
Los nombres de los seis chacras son los siguientes: muladara, entre el ano y los genitales; suadishtana, al lado del ombligo; manipura, entre el estómago y el bazo; anajata, en el punto medio del pecho; vishuda, en la laringe; añakia, en el entrecejo.
La postulación de un séptimo chacra se realizó recién en el siglo XIX. A este chacra, de todos modos, no se lo suele ubicar en el plano corporal.
