Chalet es un término que tiene procedencia francesa y está aceptado por la Real Academia Española (RAE). De acuerdo al diccionario de esta entidad, refiere a la edificación de, al menos, una planta dotada con jardín y que se reserva para el alojamiento unifamiliar. El vocablo chalé también se encuentra admitido por la RAE.
Las características con las que debe contar una edificación para ser considerada un chalet, por lo tanto, son la amplitud de la vivienda con un jardín o patio adyacente. El chalet no incluye, sin embargo, un patio interior entre los ambientes.
Origen del chalet
Según se cuenta, los primeros chalets se originaron en Suiza y en otras naciones alpinas; aunque poco después fueron instauradas también en otras regiones. Se trataba de edificaciones de madera con tejado en pendiente donde vivían los pastores.
Por lo general, tanto ellos como sus familiares se ubicaban en el nivel intermedio, con el ganado situado en un establo desarrollado en el piso de abajo y un granero o pajar en la planta más alta. Esta disposición se modificaba con el paso de las estaciones. En el verano, el ganado era llevado a los pastos alpinos, donde los pastores contaban con algún tipo de choza. Por entonces, el piso inferior del chalet quedaba libre para otros usos.
Hoy, se consideran chalets aquellas viviendas que se encuentran inspiradas en este diseño alpino, aún cuando se hallen en la ciudad y no tengan ningún uso vinculado a la ganadería o la agricultura.
Clasificación según el tipo
En las diferentes regiones las estructuras de estos edificios eran diversas: se tenía en cuenta no sólo los materiales con los que se contaba sino también la frecuencia de lluvia y demás elementos climáticos que pudieran afectar la estabilidad de la construcción.
Se conocen diferentes tipos de chalets hoy en día, cada uno derivado de una región particular. Algunos de ellos son los chalets estilo americano, anglosajón, normando, anglo normando, italiano y germánico, entre otros. Cabe mencionar que en cada país también se conocen nombres particulares para los mismos de acuerdo a la región donde se hallan instaurado.
El material con el que se encuentran construido también varía de acuerdo al tipo de chalet, puede ser de piedra, de mampostería o de madera.
Un curioso chalet de Buenos Aires
Fue un valenciano, cuyo nombre era Rafael Díaz, el responsable de construir un edificio muy particular en pleno centro de Buenos Aires, un lujo que pudo darse este hombre a finales del siglo XIX y del que todavía podemos disfrutar todos con la vista.
Se trata de un chalet de tipo normando encaramado en lo alto de un edificio de nueve pisos que podría ser uno de los signos más identitarios de la ciudad.
Díaz llegó a Buenos Aires en busca de una mejor vida y, después de trabajar varios años en relación de dependencia, fundó una casa de muebles con la que recogió grandes éxitos empresariales; así llegó a convertirse en el gerente de la tienda de muebles más grande de toda América Latina, con la sede a pocos pasos de donde posteriormente se eregiría el Obelisco.
Como Díaz era un apasionado de los chalets, principalmente del estilo normando, decidió construirse uno en la cumbre de su tienda; no solo fue uno de los primeros chalets construidos en una ciudad, sino que además se hizo famoso por hallarse construido en lo alto de un alto edificio.
Actualmente, pese a los numerosos cambios que ha vivido la ciudad, el chalet continúa allí, sobreviviendo a las inclemencias del tiempo, tapado por numerosos carteles publicitarios que le impiden observar la ciudad e incluso la costa de Uruguay (que en días muy soleados podía verse).