La coeducación es el proceso que se desarrolla al coeducar. Esta acción (coeducar), en tanto, consiste en educar a estudiantes de los dos sexos en un mismo salón y recurriendo a un sistema educativo único, sin diferencias de género.
Educación igualitaria
También conocida como educación mixta, la coeducación es un método que se sustenta en la igualdad entre los niños y las niñas (o entre los hombres y las mujeres). Por lo tanto, implica no discriminar ni instaurar una relación jerárquica que suponga privilegiar a un sexo sobre otro.
A través de la coeducación, se busca que la realidad femenina y la realidad masculina sean incorporadas al proceso educativo en las mismas condiciones, aunque reconociendo sus particularidades. Así la coeducación resulta antagónica a la educación diferenciada.
Dejó atrás la educación diferenciada
Es importante tener en cuenta que, mientras que en la actualidad la mayoría de los establecimientos educativos del mundo occidental apuestan por la coeducación, tiempo atrás predominaba la educación diferenciada. Recién a partir de la década de 1960 se expandió la coeducación a todos los ámbitos educativos, dejando de lado el sexismo y privilegiando la tolerancia y las relaciones respetuosas.
En un primer momento se plantearon objetivos diferenciados para la educación según el sexo: es decir, se educaba a los chicos para ciertas cosas y a las chicas para otras cuestiones. Además se entendía que mezclar a hombres y mujeres en una misma aula era inmoral. Dicha percepción fue mutando a tono con los cambios sociales hasta derivar en el auge de la coeducación, considerada más enriquecedora, valiosa, útil y justa.
Ventajas de la coeducación
A diferencia de otros conceptos, no podríamos hablar de «desventajas» en este caso, ya que la coeducación es un camino hacia la igualdad de oportunidades para todas las personas más allá de su sexo o género. Esto se ve representado en muchos aspectos, partiendo del hecho de permitir que todos coexistan en una misma sala.
La primera ventaja que podemos mencionar es que todos los estudiantes reciben el mismo trato, o al menos este es uno de los pilares de la coeducación: sin importar su sexo o su sexualidad, el lenguaje de los docentes hacia ellos debería ser el mismo para todos, limpio de frases machistas, condescendencia o cualquier otro rasgo que indique una falta de respeto o de confianza en sus capacidades para aprender.
De este modo se abren las puertas a un futuro también igualitario, que se puede apreciar fuera del ámbito académico, tanto a lo largo de la etapa estudiantil como después, cuando llega el momento de comenzar a trabajar. Si todos reciben la misma formación teórica y práctica, en un mundo ideal deberían también gozar de las mismas oportunidades laborales, aunque la humanidad aún no haya alcanzado ese punto en su evolución.
En la educación especial
Las personas con necesidades especiales representan uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, y en su educación se vuelven más evidentes los casos de desigualdad. Por esta razón es fundamental que los maestros se esfuercen por crear un espacio de igualdad de oportunidades, y que exijan a sus superiores las herramientas que crean necesarias para conseguirlo.
En este marco son muy útiles las tecnologías de la información y la comunicación, grupo que incluye los ordenadores, los programas y demás dispositivos que permitan integrar las telecomunicaciones y la informática para tratar los conocimientos. En un aula donde los alumnos tienen diferentes problemas para encarar el aprendizaje, el desnivel puede pronunciarse si el método es el tradicional; el objetivo en este caso es aplicar un sistema pensado para disminuir los obstáculos y que todos tengan una experiencia similar.