Del latín coercio, coerción es una presión que se ejerce sobre una persona para forzar una conducta o un cambio en su voluntad. La coerción, por lo tanto, se asocia a la represión, la restricción o la inhibición.
Por ejemplo: “La presencia de la policía actuó como una coerción para los manifestantes”, “La coerción rindió sus frutos y el damnificado desistió de presentar la denuncia”, “Si el muchacho no quiere entender razones, tendremos que pensar algún método de coerción”.
Ejemplo de coerción
Por lo general, la coerción se basa en la amenaza de la utilización de violencia (física o de otro tipo) para condicionar el comportamiento de una persona.
Supongamos que un joven es maltratado por la policía y se dispone a realizar una denuncia ante la Justicia. Cuando sale de su hogar, encuentra un patrullero en la puerta. Llega a la esquina de su casa y un oficial le pide sus documentos. Tras varios minutos, le permite seguir su camino. Antes de llegar al tribunal, recibe una llamada telefónica pero, al atender, sólo oye una sirena policial. Todos estos hechos pueden actuar como una coerción para que el muchacho no haga la correspondiente denuncia.
El caso de la legislación
Suele decirse que la legislación funciona a través de la coerción, ya que la amenaza de sanción hace que la gente no cometa ilícitos por temor a las consecuencias negativas impuestas por la ley. En este sentido, si una persona que ve cómo una mujer descuida su bolso planea robarlo, puede decidir no hacerlo tras pensar en que si lo atrapan seguramente irá a la cárcel.
La coerción legal, pues, se da en un Estado de Derecho, a través de la imposición de sanciones que se aplican en el caso de que los ciudadanos incumplan una serie de normas, que se ven limitadas a través de prohibiciones. En otras palabras, para poder considerar como legal una norma cualquiera, debe existir un poder coercitivo que la acompañe, el cual supondrá el uso de la fuerza para contrarrestar un potencial incumplimiento.
El código penal deja establecida una lista de comportamientos (que se encuentran fuera de los límites de las normas) ante los cuales se debe imponer una pena.
Coerción internacional y cibernética
La coerción pacífica ocurre con frecuencia a nivel internacional, y se da en forma de amenaza de sanción, que puede ser de tipo económica o diplomática. Cabe mencionar que la amenaza de recurrir a la fuerza (intervención bélica) está expresamente prohibida por el Derecho Internacional contemporáneo.
Por otro lado, Si bien Internet es un recurso invaluable para la educación y la comunicación, también se utiliza como medio de acoso a través del uso inapropiado de sistemas de mensajería (chat, correo electrónico, mensajes de texto de teléfonos móviles) y de sitios tales como blogs y fotologs, entre otros, con el propósito de exponer a los demás y humillarlos públicamente. Puede decirse que la coerción cibernética se trata de un peligroso juego de poder que puede arruinarle la vida a alguien para hacer que otro pase un buen rato.
Cuando se utiliza para ejercer la coerción, la Red se convierte en un universo amenazador, que puede exponer nuestra intimidad, nuestros datos bancarios, la dirección de nuestra casa, y ponernos en riesgo o humillarnos públicamente frente al mundo entero en cuestión de minutos.
El concepto en el funcionamiento del capitalismo
Según el punto de vista, se puede decir que las corporaciones capitalistas tienen el poder de actuar mediante la coerción para controlar recursos tales como la vivienda, el agua y la comida, vitales para los seres humanos, como ocurre con la economía hidráulica.
Algunos señalan que en un mercado abierto, no regulado, la coerción no tiene cabida, ya que la libertad de ingresar que tienen los competidores anula la posibilidad de amenazas y de un potencial monopolio.