Un coloide es una sustancia que, al encontrarse en un líquido, se dispersa poco a poco. Estos elementos se componen de dos fases: una fase dispersora o dispersante y una fase dispersa.
La fase dispersora es un fluido: una sustancia continua. La fase dispersa, en cambio, se compone de las partículas coloides. En un sistema coloidal, las partículas coloides -que suelen ser elementos sólidos muy pequeños- se dispersan en la fase dispersora. Cabe destacar que, en ciertos casos, la fase dispersora del coloide no es un líquido, sino una materia en un estado de agregación diferente.
El concepto
Las partículas coloides son microscópicas y, por lo tanto, no pueden detectarse a simple vista. Por eso los coloides se diferencian de las suspensiones, cuyas partículas sí son visibles sin necesidad de apelar a un microscopio. Además una suspensión puede filtrarse (los coloides, no) y sus partículas tienden a separarse en reposo (algo que no hacen las partículas de un coloide).
Puede decirse que un coloide es un sistema no homogéneo. De acuerdo a la fuerza de atracción existente entre la fase dispersante y la fase dispersa, los coloides presentan diferentes características y reciben distintos nombres.
Tipos de coloide
Algunos coloides son los siguientes:
- Emulsión: es un sistema donde la fase continua y la dispersa son líquidas. Se da cuando un líquido se suspende de forma coloidal en otro con el cual no puede ser mezclado. Para su preparación, se puede comenzar por colocar los dos líquidos en un recipiente adecuado y agitar la mezcla. Otra posibilidad consiste en pasarla por un homogenizador, nombre que recibe un molino coloidal.
- Sol: a pesar de lo que pueda sugerir este nombre en un primer momento, se denomina sol liófobo a un coloide de relativa inestabilidad (se describen como «meta estables»). Por lo general, elevar la temperatura o agregar una cantidad moderada de electrólito es suficiente para conseguir que las partículas dispersadas se coagulen y se precipiten.
- Aerosol: de acuerdo con su definición en el ámbito de la ingeniería ambiental, se trata de un sistema coloidal o coloide cuyas partículas pueden ser sólidas o líquidas y se encuentran en dispersión en un gas con una marcada subdivisión. De hecho, al decir aerosol es posible hablar tanto de las partículas como del gas mismo. En la actualidad, esta palabra se usa en el lenguaje cotidiano para hacer referencia a un envase de metal cuyo contenido está presurizado.
- Gel: es un coloide en el cual la fase dispersa es líquida, mientras que la continua es sólida. Su densidad puede compararse con la de los líquidos, aunque su estructura es más similar a la de un sólido. La gelatina comestible es probablemente uno de los geles más comunes a nivel general. Algunos geles son capaces de cambiar de estado coloidal, según se los deje en reposo (para mantener su estado sólido) o se los agite (para conseguir que se vuelvan líquidos).
- Espuma: se define como una capa de líquido globular que enclaustra gas o vapor. Si bien se parece a la emulsión, una de sus diferencias es que su fase dispersa es un gas y no un líquido. Además, sus burbujas de gas son bastante más grandes que los glóbulos de la emulsión. Un ejemplo de este tipo de coloide se puede apreciar en las costas marinas.
Sus propiedades
Los coloides cuentan con varias propiedades características. Se denomina efecto Tyndall al fenómeno que sucede cuando la luz atraviesa el sistema coloidal y las partículas coloidales provocan la diversión del haz.
La adsorción, en tanto, se da por el vínculo entre el área y la masa de las partículas coloidales. Los enlaces interatómicos y las fuerzas de Van der Waals en la superficie de las partículas generan la adherencia de moléculas, iones o átomos de otras sustancias.
La electroforesis, por otra parte, tiene lugar por la absorción de iones por parte de las partículas coloidales, que adquieren carga eléctrica y migran hacia los electrodos. El movimiento browniano, asimismo, irrumpe por el impacto de partículas con las moléculas del medio dispersante.
También hay que mencionar a la diálisis. En este caso, las moléculas más pequeñas y los iones atraviesan una membrana porosa, a diferencia de lo que ocurre con las partículas coloidales y las moléculas de mayor tamaño. La diálisis hace posible la purificación de un sistema coloidal.
Ejemplos de coloide
La gelatina, el queso, la espuma de afeitar (rasurar), la leche, el humo, las pinturas y la niebla son algunos ejemplos de coloides.
Si nos centramos en el caso de la gelatina, notaremos que es una mezcla que, a temperatura de ambiente, es semisólida, la cual resulta translúcida e incolora. Este coloide se produce al hervir colágeno.
En el caso de la leche, se trata de un sistema coloidal formado por tres fases: una emulsión (grasa en estado líquido que se halla en una solución a base de agua), una suspensión (proteínas en el agua) y una solución (hidratos de carbono y minerales disueltos).