La comunicación verbal se lleva a cabo mediante palabras.
La idea de comunicación, que proviene del vocablo latino communicatio, hace referencia a la transmisión de un mensaje apelando a un código compartido por el emisor y el receptor. Verbal, en tanto, procede del latín tardío verbālis y alude a aquello vinculado a la palabra: una unidad lingüística que dispone de significado y se separa de otras con espacios en blanco en la escritura y con pausas en la pronunciación.
Se denomina comunicación verbal a aquella que se establece mediante signos lingüísticos. Es posible diferenciar entre la comunicación verbal oral (que apela al habla) y la comunicación verbal escrita (concretada con signos que se plasman en un soporte).
TemasCaracterísticas de la comunicación verbal
Puede decirse que la comunicación verbal se basa en el uso de las palabras, ya sean orales o escritas. La comunicación no verbal, en cambio, se desarrolla a través de gestos y movimientos y posturas corporales.
Pese a lo que podría suponerse, las palabras constituyen un porcentaje menor en una comunicación, incluso si se trata de una conversación. De acuerdo a los expertos, los componentes paraverbales (el tono de la voz, por ejemplo) y los elementos no verbales suponen la mayor parte de aquello que se comunica.
De todas maneras, los signos lingüísticos son esenciales para la generación, la transmisión y la recepción de los mensajes. Las palabras deben ser seleccionadas y usadas de la manera apropiada y tienen que enmarcarse en el código compartido con el receptor para que el acto comunicativo se realice con éxito.
Un intercambio de textos a través de correos electrónicos supone el establecimiento de una comunicación verbal.
Algunos ejemplos
Supongamos que una persona que está caminando por la calle desea saber dónde queda un cierto restaurante. De este modo, se acerca a otro individuo y le pregunta: “Disculpe, ¿podría indicarme dónde queda el restaurante Pipo?”. El interlocutor le responde: “Sí, se encuentra en la calle San Juan al 500”. El diálogo continúa de este modo:
– “Ah, ¿y eso es lejos de aquí? ¿Me diría cómo llegar?”
– “Claro, está a solo dos cuadras. Cuando llegue a la esquina, doble hacia la izquierda y camine en línea recta, pronto verá el cartel”
– “Perfecto, ¡muchas gracias por su ayuda!”
– “Por nada, hasta luego”
Como se puede advertir, este diálogo implica el establecimiento de una comunicación verbal. Ambos sujetos utilizan palabras (en este caso, habladas) para intercambiar mensajes.
Veamos ahora lo que sucede con un empleado que le envía un correo electrónico a su jefe, escribiendo: “Estimado Lic. Gómez, le adjunto el informe que me solicitó con las estadísticas de venta. Como podrá observar, hemos registrado un crecimiento mensual del 18% y un incremento interanual del 31%. Cualquier consulta que quiera realizarme, estoy a su disposición. Saludos”.
El mensaje, esta vez, es escrito. El emisor plasma lo que quiere decir en las palabras que escribe a través de un teclado, con lo cual el receptor deberá leerlas para que el proceso comunicativo se complete.
Consideraciones sobre la comunicación verbal
Como se puede advertir en los ejemplos mencionados, la comunicación verbal puede realizarse en tiempo real (en vivo) o concretarse de forma diferida. Si dos sujetos están hablando cara a cara o por teléfono, el acto comunicativo se lleva a cabo en el momento.
En contraste, en un intercambio de correos electrónicos o cartas postales, hay una distancia temporal entre la producción, la emisión y la recepción de los mensajes. Dicho tiempo puede ir desde unos pocos segundos hasta varios meses.
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