De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), constelación es un término que también puede escribirse como costelación, aunque esta segunda forma es usada con poca frecuencia. Proveniente del vocablo latino constellatio, se trata del grupo de estrellas que, a través de líneas imaginarias, dan forma a un dibujo que remite a una cierta figura.
Las constelaciones, por lo tanto, son conjuntos creados por convención. La práctica de agrupar estrellas de acuerdo a trazos imaginarios se remonta a la Antigüedad, cuando distintos pueblos empezaron a registrar figuras virtuales en el cielo. La posición de las constelaciones en el cielo nocturno resulta en apariencia invariable.
Dado que estamos ante descubrimientos muy antiguos y que no existen registros históricos en los cuales basarse para su estudio, no es fácil precisar con exactitud el origen de las primeras constelaciones trazadas en Occidente. Según algunas investigaciones, Taurus, Escorpio y Leo (el toro, el escorpión y el león, respectivamente) fueron «descubiertas» aproximadamente cuatro milenios antes de la era cristiana, si bien no tenían esos mismos nombres.
A pesar de lo que la observación de las constelaciones pueda significar en la actualidad, se estima que los primeros seres humanos que se interesaron por la disposición de las estrellas tenían motivos más prácticos, es decir, que buscaban apoyarse en este plano de la naturaleza para organizar mejor sus tareas, sus desplazamientos y sus ritos. Gracias a la creación de diferentes constelaciones, por ejemplo, las personas de los pueblos antiguos podían medir el paso del tiempo y la llegada de las estaciones con más precisión.
Las constelaciones también les permitían a las antiguas civilizaciones orientarse mucho mejor a lo largo de sus viajes, tanto por mar como por tierra, ya que las figuras que advertían al relacionar las estrellas entre sí se sumaban a la serie de signos y puntos de referencia que usaban para trazar sus rutas.
La Unión Astronómica Internacional, la agrupación que toma las decisiones relacionadas con la denominación de los planetas y el establecimiento de los estándares de la astronomía, entre otros temas, reconoce 88 constelaciones, de las cuales prácticamente la mitad fueron imaginadas por los antiguos astrónomos griegos.
La cultura china es la fuente de uno de los grupos de constelaciones más amplios y antiguos a nivel mundial. Como ocurre con gran parte de sus elementos, partiendo del propio idioma, sus constelaciones no se parecen a las que aprendemos a reconocer en Occidente; en gran parte, la razón de esta diferencia se debe a que este pueblo desarrolló su versión de la astronomía al mismo tiempo que los griegos, de una forma totalmente independiente y paralela. A grandes rasgos, podemos decir que las constelaciones chinas se dividen en 3 recintos y 28 mansiones.
Es importante tener en cuenta que las constelaciones son arbitrarias: las estrellas no tienen una asociación entre sí y hasta pueden ubicarse a cientos de años luz de distancia. Se trata de una construcción humana e incluso una misma estrella puede pertenecer a distintas constelaciones según cada cultura.
Una de las constelaciones más conocidas es Orión, que presenta el asterismo conocido como Cinturón de Orión o Las Tres Marías. Este conjunto está formado por tres estrellas brillantes (Mintaka, Alnilam y Alnitak) que son fácilmente visibles.
Los signos zodiacales que propone la astrología, por otra parte, están vinculados a constelaciones como Aries, Piscis, Tauro y Leo. Los astrólogos sostienen que estos signos determinan ciertas características de la personalidad y rigen de alguna manera el destino de las personas.
En el lenguaje coloquial, se denomina constelación a un encuentro o un conjunto de figuras prominentes o famosas. Por ejemplo: “El casamiento del alcalde fue una constelación de celebridades”, “La constelación de estrellas del Real Madrid nunca funcionó como equipo”.
