Para poder conocer el significado del término que ahora nos ocupa, debemos proceder a descubrir el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Contaminación deriva del latín «contaminatio» que, a su vez, procede del verbo «contaminare». Es fruto de la suma de los siguientes componentes: el prefijo «con-«, que es sinónimo de «junto»; la raíz «-tag-«, que significa «tocar»; y el componente instrumental «-men».
-Ambiental también procede del latín, en su caso de «ambientalis». Esta palabra se forma a partir de la unión del prefijo «amb-«, que es sinónimo de «por ambas partes»; el verbo «ire», que significa «ir»; y el sufijo «-al», que se usa para indicar «relativo a».
La contaminación es una alteración que afecta negativamente el estado o las condiciones de un medio o de un elemento. Ambiental, por su parte, es aquello vinculado al ambiente: un conjunto de circunstancias o la atmósfera que rodea a algo.
Se conoce como contaminación ambiental, por lo tanto, a la consecuencia de un cambio nocivo en las características del medio ambiente. Los agentes contaminantes hacen que el entorno resulte dañino o peligroso para los seres vivos.
El ser humano produce la contaminación ambiental a través de múltiples acciones. El uso de plaguicidas en la agricultura, la utilización de automóviles que emplean combustibles fósiles o el vertido de sustancias químicas en ríos son apenas algunos de los comportamientos que provocan contaminación ambiental.
Es importante establecer que existen diversos tipos de contaminación ambiental, entre los que destacan los siguientes:
-Contaminación del aire, que es, como su propio nombre indica, la que daña el aire que respiramos.
–Contaminación del agua, ya sea de lagos, ríos, mares, océanos…
-Contaminación acústica, que viene a ser la que se produce como consecuencia de ruidos excesivos. La pueden provocar los coches, música elevada, aglomeraciones de gente…
-Contaminación del suelo, que afecta a la tierra debido, entre otras cosas, a desechos y residuos sólidos, a productos tóxicos…
La contaminación, a su vez, da lugar a diversos fenómenos. Uno de los más conocidos es el efecto invernadero, vinculado a un debilitamiento de la capa de ozono que se produce por el uso de ciertos gases.
Todas las personas, a lo largo de su vida, contribuyen de alguna manera a la contaminación ambiental. Los sujetos con mayor conciencia sobre estas problemáticas, de todos modos, intentan reducir su huella ecológica. Pero cualquier individuo que conduce un automóvil, utiliza un aparato eléctrico, arroja un papel en la calle o deja una botella de plástico en la playa está realizando un aporte a la contaminación ambiental.
Para evitar que el nivel de contaminación termine afectando gravemente la vida o incluso impidiendo la subsistencia, es imprescindible tratar de minimizar la huella ecológica y que los gobiernos decreten medidas de control.
Entre las medidas más importantes contra la contaminación ambiental están la concienciación de la sociedad sobre lo necesario que es cuidar el entorno natural; no tirar basura fuera de los contenedores indicados, establecer medidas de restricción de ciertos vehículos contaminantes en las ciudades, impulsar los medios de transporte público…