Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.
En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico de este término. En concreto, emana del vocablo corruptio, que se encuentra conformado por los siguientes elementos: el prefijo con-, que es sinónimo de “junto”; el verbo rumpere, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo -tio, que es equivalente a “acción y efecto”.
La corrupción, en definitiva, puede tratarse de una depravación moral o simbólica. Por ejemplo: “No debemos tolerar la corrupción de nuestras tradiciones por presiones extranjeras”, “Las declaraciones del ministro contribuyen a la corrupción del acuerdo de paz”.
La corrupción como abuso de poder
En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole.
Se entiende como corrupción política al mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima: “Los casos de corrupción de este país han llegado a las primeras planas de los diarios del mundo”, “El ex presidente será enjuiciado por corrupción en la compra de un avión”, “Me encargaré de perseguir la corrupción para que no haya ningún escándalo en mi gobierno”.
La política y el delito
A lo largo de la historia, tal y como conocimos a través de los diversos medios de comunicación mundiales, se han producido numerosos casos de corrupción política. Esto viene a demostrar no sólo la impunidad con la que pueden actuar los distintos dirigentes sino también la necesidad del endurecimiento de las leyes para estas situaciones y de una reforma política generalizada.
España es uno de los países que en los últimos años ha visto cómo salían a la luz numerosos casos de corrupción por parte de sus dirigentes. De ahí que no sólo se haya producido un cambio en la mente de la ciudadanía respecto a los políticos o que la nación haya sufrido una grave crisis económica, sino también que hayan surgido iniciativas como la plataforma “Ciudadanos contra la corrupción 2.0”.
Asimismo hay que establecer que existen diversas instituciones y organismos que tienen como clara función controlar que no se produzcan hechos de corrupción. Entre ellos destaca, por ejemplo, Transparencia Internacional (TI): una organización no gubernamental, fundada en la década del 90 y con sede en Berlín (Alemania), que se encarga de desarrollar distintas medidas con el objetivo de ponerle fin a la corrupción.
Tipos de corrupción
El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las distintas prácticas de corrupción, que se ven reflejadas en acciones como entregar dinero a un funcionario público para ganar una licitación o pagar una dádiva o coima para evitar una clausura.
A la corrupción se encadenan otros delitos, ya que el corrupto suele incurrir en la práctica para permitir o solicitar algo ilegal. Un policía resulta corrupto si recibe dinero de un hombre para que le permita robar en una casa sin intromisión policial. En este caso, se juntan dos delitos: el acto de corrupción (que puede tipificarse como cohecho) y el robo.
El desvío de fondos, el lavado de dinero y el enriquecimiento ilícito son otros actos de corrupción que constituyen delitos. Las sanciones que se aplican a quienes incurren en estas acciones dependen de cada legislación.
Un problema cultural
Muchos analistas consideran que, cuando se vuelve estructural, se desarrolla una cultura de la corrupción. Eso sucede cuando la sociedad deja de percibir la corrupción como algo grave o cuando la tolera como si fuese inevitable.
Tomemos el caso de la aceptación de regalos por parte de un funcionario público. Un ministro puede ser invitado por un empresario a una fiesta en su mansión ubicada frente a la playa. Además de participar de dicho evento social, recibe un champagne como souvenir. Dado que el empresario en cuestión mantiene diversos negocios con el Estado, la situación es cuestionable tanto desde la ética como desde el plano legal. No obstante, la difusión de la información no tiene una gran repercusión ya que la ciudadanía no le otorga relevancia.
La cultura de la corrupción suele asociarse a la ineficiencia gubernamental y la debilidad institucional. Hay una opacidad en la administración pública que incluye la ausencia de rendición de cuentas (que da lugar a la manipulación de cuentas), el amiguismo a a la hora de realizar licitaciones y otros hechos vinculados a la corrupción. Sin embargo, esa deshonestidad no registra una condena social demasiado marcada.
La vulnerabilidad del sistema frente a la corrupción estructural también se advierte en la injerencia o influencia política en la Justicia y en la elusión de obligaciones por parte de los funcionarios sin que exista un castigo.