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El cosmopolitismo requiere de una conciencia planetaria.
El cosmopolitismo es el modo de actuar y de pensar de alguien cosmopolita. El adjetivo cosmopolita, en tanto, refiere al individuo que evidencia apertura a las tradiciones y las prácticas de distintas naciones o al sitio donde se reúnen o encuentran sujetos de diferentes países o costumbres.
La idea de cosmopolitismo, cuya etimología remite al vocablo francés cosmopolitisme, suele referirse a la teoría que sostiene que la totalidad de los habitantes del mundo forman una única comunidad con principios morales en común. Según esta doctrina o ideología, cada ser humano tiene obligaciones éticas respecto al prójimo, más allá de su nacionalidad, religión o cualquier otra variable.
Para el cosmopolitismo, la vida de los individuos -con sus aspiraciones y necesidades- tiene siempre idéntico valor ético. Por eso el respeto debe primar en las interacciones independientemente de cualquier circunstancia o factor.
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Sus orígenes
Para conocer los orígenes del cosmopolitismo, es importante ahondar en las raíces etimológicas de la noción. El término cosmopolitisme procede cosmopolite, a su vez derivado del griego kosmopolítēs (que se traduce como «ciudadano del mundo»). Esta útilma palabra fue acuñada por el filósofo Diógenes de Sinope (412 a. C. – 323 a. C.).
Considerado como uno de los principales impulsores del cinismo y también llamado Diógenes el Cínico, se definía a sí mismo justamente como «ciudadano del mundo». Su construcción de la identidad trascendía el ámbito de la ciudad-Estado, como era habitual en su época. En esta línea, los estoicos consideraban un modelo de identidad basado en una serie de círculos concéntricos que comenzaban con el yo, seguían con la familia, luego con la comunidad y así hasta abarcar a toda la humanidad. Para el cosmopolitismo, la oikeiôsis o «afinidad» debía desarrollarse en el conjunto.
Esa idea de ciudadanía global se fue ampliando con el paso de los años y los aportes de numerosos pensadores de distintos ámbitos, con efectos en el derecho internacional, la diplomacia y otros ámbitos. Muchos intelectuales sostienen que el cosmopolitismo y su ética global puede contribuir a la paz mundial.
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El nomadismo digital favorece el cosmopolitismo.
Características del cosmopolitismo
El cosmopolitismo en la filosofía es universalista en cuanto a la moral. Esta posición sostiene que todas las personas se encuentran regidas por los mismos preceptos morales; dicho de otro modo, las separaciones establecidas por las fronteras nacionales, los distintos Estados e incluso las diferentes culturas no tiene relevancia desde un punto de vista moral.
Existe una dinámica dialéctica entre local y lo global. El individuo, la comunidad, el Estado y la sociedad global se interrelacionan de distintas maneras.
Puede decirse que el cosmopolitismo se basa en la minimización o el rechazo de las divisiones políticas y territoriales. Si bien esto se refleja en determinadas normativas y acciones, ese ideal no se plasma completamente en la realidad.
Aunque existen múltiples perspectivas y matices, la noción más extendida del cosmopolitismo en la actualidad se vincula a la puesta en marcha de entidades supranacionales que resulten compatibles y se complementen con las instituciones locales y funcionen en base a la igualdad entre todos los seres humanos. En este marco, se le otorga a los individuos un rol preponderante en el desarrollo de una comunidad global.
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El cosmopolitismo considera la existencia de una identidad global.
De lo positivo a lo negativo
El cosmopolitismo se desarrolló con una visión que se ajusta a muchas de las consecuencias de la globalización. Los esfuerzos tendientes a la construcción de una sociedad abierta y sin fronteras pueden encontrarse en la labor de organizaciones no gubernamentales y en el establecimiento de acuerdos internacionales de distinta índole (para favorecer el comercio internacional e impulsar la economía global, por ejemplo).
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) y la UNESCO son entidades de referencia para los ideales del cosmopolitismo. El reconocimiento de la diversidad étnica, la defensa del multiculturalismo y la promoción de los derechos humanos pueden enmarcarse en la visión de una comunidad mundial regida por los mismos valores morales. El activismo global, los movimientos sociales transnacionales y la existencia de Internet como espacio cosmopolita también se asocian a esta postura.
Sin embargo, el cosmopolitismo también puede considerarse como algo negativo. Eso ha ocurrido a lo largo de la historia y aún sucede de acuerdo al pensamiento de distintos grupos.
Se considera que el cosmopolitismo favorece el anarquismo al rechazar, en cierta forma, los Estados nacionales. No obstante, ya indicamos que los cosmopolitas sostienen la coexistencia y la complementación de los organismos locales y los supranacionales.
Desde el lado del socialismo, se vincula el cosmopolitismo al imperialismo: los países pierden soberanía y terminan siendo sometidos a un neocolonialismo. Como contrapartida, los socialistas defienden el internacionalismo (la cooperación transnacional).
En la misma línea, el nacionalismo considera que el cosmopolitismo atenta contra la identidad del pueblo. Por eso buscan limitar la migración y menosprecian la importancia de la diversidad cultural.
Tipos de cosmopolitismo
El cosmopolitismo puede clasificarse de distintos modos. Como ya vimos, hay un cosmopolitismo filosófico erigido a partir de la defensa de una moral universal.
El cosmopolitismo político, por su parte, se sustenta en organizaciones supranacionales como la ONU. También existe el cosmopolitismo económico que impulsa el libre comercio y un mercado común universal.
El cosmopolitismo cultural (que favorece el diálogo intercultural y la integración) y el cosmopolitismo legal (con herramientas jurídicas para la protección de los derechos de todos los ciudadanos del mundo) son otras clases de cosmopolitismo.