El cumplimiento normativo es el apego de una entidad a las reglas y las leyes que regulan su actividad. Se trata de la aceptación de las obligaciones impuestas por aquellas normas que regulan su funcionamiento.
Cabe destacar que el término cumplimiento alude al acto y la consecuencia de cumplir: un verbo que, en este contexto, refiere a ejecutar, satisfacer o acatar. Lo normativo, en tanto, es lo vinculado a las normas (pautas, preceptos, disposiciones u órdenes).
Qué es el cumplimiento normativo
El cumplimiento normativo es el acatamiento de leyes y regulaciones. El concepto, mencionado también como compliance, hace referencia a los procedimientos y las prácticas de la gobernanza corporativa para que la empresa se mantenga dentro de los límites fijados por las normativas internacionales, nacionales, regionales y locales.
Hay un cumplimiento legal que, en su propia esencia, resulta obligatorio: no es posible elegir si se cumple la ley o no. Por eso incumplir una ley constituye un delito y supone una acción (u omisión) que es sancionada. No obstante, también hay otras clases de cumplimientos asociados a códigos de conducta, protocolos o estándares que se relacionan a la ética empresarial y a la responsabilidad social corporativa.
Las políticas de cumplimiento normativo pueden evaluarse tanto a través de auditorías externas como de auditorías internas. En las grandes corporaciones existe el puesto de compliance officer, que es el ejecutivo encargado de garantizar que las operaciones de la compañía cumplan con las normas y los requisitos.
Implementación de un programa de compliance
La implementación de un programa de cumplimiento normativo es clave para que una organización evite la materialización de riesgos derivados de la falta de obediencia a las obligaciones legales y las disposiciones en general. Este tipo de programa ofrece una estructura para que el control interno sea eficaz.
Mediante un programa de este tipo se apunta a lograr que el desempeño de la firma se lleve a cabo en el marco de lo legal. Así se evitan multas, sanciones y castigos que pueden afectar su funcionamiento e imagen.
Un aspecto central de estos sistemas es la identificación y la evaluación de los riesgos legales. No se puede dejar de considerar que, si bien el incumplimiento normativo puede ser fruto de una decisión consciente, también puede ser consecuencia del desconocimiento.
La aplicación de un programa de compliance ayuda a detectar los riesgos para luego aplicar las medidas que sean pertinentes en pos de evitar su materialización. Si se cuenta con un compliance officer, este profesional es quien debe informar detalladamente a los máximos responsables el estado de la situación para que se tomen las decisiones necesarias.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, resulta evidente que estas políticas de cumplimiento normativo deben disponer del respaldo de los dueños o directivos de la empresa y contar con el compromiso de la totalidad de los trabajadores. Asimismo es imprescindible que el monitoreo de las actividades sea permanente: no alcanza con determinar que en un momento en particular todos los riesgos normativos están controlados ya que la realidad es dinámica y pueden cambiar las actividades de la firma e incluso las leyes o reglas.
Tipos de cumplimiento normativo
Si bien puede hablarse de cumplimiento normativo en un sentido amplio y general, también es posible distinguir entre varias clases del mismo.
El cumplimiento normativo legal es aquel que garantiza el respeto por las leyes. En ocasiones se alude específicamente al cumplimiento normativo penal, centrado como su nombre lo indica en las leyes penales.
El cumplimiento normativo financiero, por su parte, refiere a las disposiciones contables y a aquellas vinculadas a la gestión de las finanzas. La idea de cumplimiento fiscal, por su parte, hace mención en concreto a las obligaciones impositivas.
También se señala el cumplimiento de la privacidad y protección de datos, que tiene que ver con la aceptación de las normativas que velan por la seguridad de la información. Otro cumplimiento de seguridad es aquel relacionado con la salud laboral y el cuidado físico y psicológico de los trabajadores.
El respeto por las normativas ambientales, asimismo, forma parte del cumplimiento de las regulaciones que tienen el objetivo de minimizar el impacto ecológico de las industrias. Está enlazado a las normativas de gestión de residuos, normativas de sostenibilidad, etc.
Cabe resaltar que también se postula la noción de cumplimiento normativo corporativo. En este caso, se busca asegurar el acato de las políticas y los valores internos.
Otra clasificación distingue entre el cumplimiento normativo imperativo y el cumplimiento normativo potestativo. Con el primero de ellos, la compañía está obligada a respetar regulaciones y normas por la legislación o por disposiciones de las autoridades competentes o los organismos reguladores. Cuando el cumplimiento es potestativo, en cambio, la adhesión es voluntaria y suele deberse a la intención de fortalecer la imagen o de lograr una ventaja competitiva. Hay autores que reconocen un punto intermedio entre el cumplimiento normativo imperativo y el potestativo: aquel que surge de la presión o la influencia de inversionistas, proveedores o clientes.
Algunos ejemplos
Tomemos el caso de una compañía de la industria alimentaria. Esta empresa cumple con todas las regulaciones sanitarias y las normativas de etiquetado de productos. Más allá de estas obligaciones que le evitan un riesgo legal, también apuesta por el cumplimiento de estándares de calidad y cuenta con certificados que reflejan el cumplimiento de varias normas ISO.
Pensemos ahora en un fabricante automotriz que respeta las leyes laborales y las regulaciones de recursos humanos. Independientemente de este cumplimiento imperativo, aplica políticas anti-discriminación en la gestión de su plantilla que están en sintonía con la legislación de igualdad de género pero que la trascienden.
Falencias del cumplimiento normativo
Aunque los beneficios del cumplimiento normativo son evidentes, hay analistas que advierten sobre sus falencias o limitaciones como política de gestión. Se advierte que, en ocasiones, estos programas se orientan a la aprobación de una especie de examen pero no contribuyen al desarrollo de una filosofía corporativa basada en la ética y en la responsabilidad social.
Asimismo suele marcarse que la efectividad de estas prácticas no siempre es la adecuada por múltiples factores. La ausencia de una formación específica en estos asuntos y la carencia de recursos pueden llevar a que, incluso con un sistema de cumplimiento normativo, la compañía siga lidiando con múltiples riesgos.