El término del inglés antiguo darodh llegó al francés como dard, que luego pasó al castellano como dardo. Se trata de un arma que se arroja con la mano de manera tal que su punta se clave en el objetivo.
Similar a una lanza, aunque de tamaño más pequeño, el dardo presenta un diseño especial para mantenerse en el aire de manera sostenida y con estabilidad. En su cola suelen contar con plumas o algún elemento que le confiera aerodinamismo.
En la actualidad se conoce como dardo a distintas clases de proyectiles, incluso a aquellos que son lanzados a través de cerbatanas. Los más populares son los dardos que se utilizan de forma recreativa para lanzarlos hacia un blanco de tiro o diana.
En este caso, el blanco se forma con círculos concéntricos a los cuales se les asignan distintos puntajes. El objetivo es que el dardo arrojado llegue al centro de la diana (que otorga la puntuación más alta).
El juego de los dardos se puede practicar de forma individual o en equipos. Las reglas básicas consisten en que cada persona lance tres dardos por turno hacia una diana con el objetivo de alcanzar ciertos sectores de la misma y, de esta manera, aumentar su puntuación. Existen variantes de este juego, dependiendo del país y la región, aunque una característica que casi todas comparten es que no se recomienda permitir que los niños manipulen los dardos ni que estén presentes en una práctica sin la supervisión de sus mayores.
Retomando los diferentes tipos de dardos, podemos diferenciar tres grandes grupos: los de punta de acero, los de plástico y los de cerbatana. Cabe mencionar que cada persona puede tomar un diseño básico y modificarlo a gusto si así lo desea para potenciar algunas de sus propiedades (como ser la estabilidad o la ligereza, por ejemplo) o conferirle nuevas.
Los dardos de punta de acero se usan en el juego antes mencionado, usando la diana tradicional o de pelo, la cual en sus primeras versiones se fabricaba a base de pelo de camello, aunque hoy en día el material usado es el sisal prensado, el cual se obtiene de una planta que crece en regiones semiáridas y tiene varias aplicaciones comerciales. El peso mínimo de este tipo de dardo es de 19 gramos, pero puede alcanzar los 28.
Los dardos de plástico (también llamados electrónicos) son más ligeros que los de punta de acero. Se usan para las dianas electrónicas, para reducir al máximo el desgaste que producen en su estructura. Su peso ronda los 17 gramos, aunque algunos modelos menos comunes tienen un peso aún menor. La punta de estos dardos es, como su nombre lo indica, de plástico.
Los dardos de o con cerbatana son muy pequeños (pueden medir alrededor de 2 centímetros de largo, aproximadamente cinco veces menos que los dos tipos anteriores) y muy ligeros, ya que deben caber en el canuto para luego ser impulsadas soplando desde uno de los extremos del mismo.
También se llama dardo a una expresión de contenido agresivo o sarcástico. Por ejemplo: “En la entrevista, el cantante arrojó varios dardos al dueño de la compañía discográfica”, “El jugador lanzó un dardo al entrenador por su férrea metodología de entrenamiento”, “El dardo del gobernador al presidente sorprendió a los analistas políticos”.
Dardo, por otra parte, es un nombre propio masculino que comparten varios personajes históricos y personalidades. El argentino Dardo Rocha (1838-1921) fue un dirigente político, militar, abogado y diplomático que fundó varias ciudades en su país, como La Plata, Pehuajó y Necochea. El uruguayo Dardo Regules (1887-1961), por su parte, fue un político que militó en la Unión Cívica del Uruguay.