Decimonónico es un adjetivo que se utiliza para aludir a aquello vinculado al siglo XIX. Esto quiere decir que lo decimonónico se produjo, transcurrió o tuvo influencia entre el 1 de enero de 1801 y el 31 de diciembre de 1900.
Época decimonónica
La época decimonónica se caracterizó por las grandes transformaciones sociales y económicas. La Revolución Industrial que se inició en el siglo XVIII, por ejemplo, se consolidó en el siglo XIX, permitiendo el crecimiento de la riqueza. La creación de diversos tipos de máquinas; el auge del ferrocarril y del barco de vapor; y la construcción de canales y carreteras son algunos de los factores que propiciaron cambios en la sociedad y en la economía.
El mundo decimonónico también incluyó la independización de muchos países americanos. Argentina, Brasil y Uruguay fueron algunas de las naciones que proclamaron su independencia en el siglo XIX.
A lo largo de este siglo tan importante, las revoluciones que tuvieron lugar en las ciencias, las ideas, la política y la tecnología, acarrearon una transformación que comenzó en el continente europeo pero con el tiempo alcanzó el resto del mundo. Estos fenómenos no fueron aislados ni de efecto temporal, sino que alteraron de forma innegable el curso de la historia.
Temas como los movimientos obreros, el nacionalismo y el liberalismo cobraron un espacio central en un mundo que luchaba por cambiar las reglas del juego para configurar un nuevo sistema. El mundo decimonónico fue el origen de los movimientos ideológicos y sociales más importantes, además de las destacadas revoluciones que se asocian con aquella época.
Personas del siglo XIX
La idea de decimonónico suele usarse para calificar a las personas que vivieron en aquellos años. De este modo puede hablarse de músicos decimonónicos, escritores decimonónicos, pintores decimonónicos, etc.
Puede considerarse al alemán Ludwig van Beethoven como uno de los grandes músicos decimonónicos, ya que falleció en 1827. Entre los filósofos decimonónicos más importantes aparece Karl Marx (1818–1883), mientras que entre los artistas decimonónicos se encuentran pintores franceses como Edgar Degas (1834–1917) y Paul Cézanne (1839–1906).
Pasado de moda
Decimonónico, por último, puede vincularse a lo que pasó de moda o resulta anticuado: “Hay sindicalistas que pretenden seguir manejando el poder con un liderazgo decimonónico que ya nadie acepta”, “Creo que nuestro partido debe actualizarse y no seguir atado a un liberalismo decimonónico”, “Me aburren los libros escritos con un lenguaje decimonónico”.
En este caso, debemos aclarar que el uso de este término no siempre es preciso en cuanto a la época a la que pertenezcan los rasgos o las ideas que adjetiva. Simplemente hace referencia a que son antiguas, a que vienen de un pasado lejano y, en opinión del emisor, allí deberían quedarse, ya que en la actualidad tenemos versiones modernas que se adaptan mucho mejor a nuestras necesidades.
Veamos los tres ejemplos para apreciar estos matices con mayor detenimiento. En el primero, el emisor señala que algunos sindicalistas tienen el objetivo de gobernar a la vieja usanza, con prácticas que pertenecen al pasado y que hoy en día no se consideran válidas o justas. No importa si en realidad son del siglo XIX, sino que basta con entender que son anticuadas, demasiado antiguas.
El segundo nos habla de la necesidad de actualizar un partido político para dejar atrás el liberalismo que los caracteriza; de acuerdo con el tono de la oración podemos entender que el emisor no está conforme con la situación actual. Por último, tenemos una oración en la cual el emisor rechaza el lenguaje «decimonónico» de algunos libros, evidentemente porque lo encuentra demasiado difícil de entender. Así como en los casos anteriores, no todos ellos tienen que pertenecer al siglo XIX, sino que la condición es que su lenguaje no sea actual.