Las cartas que quedan sin repartir o que se desechan en ciertos juegos de naipes forman lo que se conoce como descarte. Este término está vinculado al verbo descartar, que significa excluir algo o a alguien, prescindir o no admitir.
En algunos juegos, por lo tanto, descartar es dejar las cartas que se tienen en la mano. Las cartas que se desechan se consideran inútiles y, a través del descarte, la intención es sustituirlas con otras que aún no se han repartido y que podrían resultar más convenientes en el juego.
A nivel general, el descarte es todo aquello que no sirve o que sobra. Lo descartable es lo que se puede descartar o resulta desechable. Por ejemplo: «Los sectores más empobrecidos de la ciudad se alimentan con los descartes de los restaurantes más lujosos», «El equipo no tiene dinero para contratar a grandes figuras, así que deberá buscar refuerzos entre los descartes de los otros clubes», «No puedes construir una casa con descartes de otras obras: corres el riesgo de que las condiciones de seguridad no sean las mejores».
No obstante, además de lo expuesto, no podemos pasar por alto el hecho de que dentro del mundo del deporte es muy habitual utilizar el término que ahora estamos analizando. Más concretamente se emplea en las disciplinas de grupo, tales como el baloncesto o el fútbol, para referirse a aquellos jugadores que el entrenador no convoca a un partido.
Una decisión personal del míster, una lesión o el riesgo de sufrir una recaída en una enfermedad son algunas de las razones que llevan a que el profesional que dirige el equipo considere que uno o varios jugadores no van a forman parte de él en un partido, es decir, que van a ser los descartes.
Un claro ejemplo de este significado puede ser el siguiente: «El seleccionador español, Vicente del Bosque, tenía que establecer dos descartes dentro del grupo entre los posibles jugadores que iban a ir al Mundial y eligió a Cesc Fábregas y Fernando Torres».
Asimismo en el ámbito sanitario, también se hace utilización del término descarte. En este caso, se emplea para definir a todas aquellas pruebas que se le realizan a una persona ante cualquier dolencia con el claro objetivo de poder excluir determinadas enfermedades.
De esta manera, es frecuente que se hable de lo que se conoce como descarte de diabetes o descarte de colesterol que, como sus propios nombres indican, son pruebas para rechazar que la persona en cuestión sufre cualquiera de esas dos patologías que necesitan contar con el correspondiente tratamiento.
El material de descarte se puede arrojar a la basura ya que es un residuo (lo que queda inservible tras haber cumplido con un trabajo u operación). La reutilización de los materiales recibe el nombre de reciclaje, un proceso que otorga una nueva vida a lo que ya se consideraba como un desecho.
Puede decirse, en definitiva, que el descarte consiste en desprenderse de algo que, al menos para uno mismo, no sirve en el momento actual.
