Deslizamiento es el proceso y el resultado de deslizarse o de deslizar: desplazar un elemento con cuidado por una superficie, hacer que algo llegue superando una dificultad, fluir en una cierta dirección o entregar una cosa de manera disimulada.
El concepto suele emplearse respecto al movimiento de tierra que se genera por un talud inestable. Esta inestabilidad hace que parte del terreno se deslice sobre otra zona. Un terremoto de poca intensidad y las lluvias intensas también pueden provocar un deslizamiento.
En octubre de 1963 se produjo un trágico deslizamiento en Italia. El llenado del depósito de la presa de Vajont causó el deslizamiento de millones de metros cúbicos de roca y tierra, que a su vez provocó el desplazamiento de millones de metros cúbicos de agua. El resultado fue la formación de un tsunami que destruyó varios pueblos y dejó como saldo cerca de 2000 fallecidos.
La represa conocida como presa de Vajont se encuentra en la región del Friuli-Venecia Julia, más precisamente en la provincia de Pordenone, y al día de hoy ya no se utiliza. Su construcción tuvo lugar dos años antes del incidente, y sus dimensiones la situaban entre las más altas de todo el mundo.
Puede decirse que un deslizamiento es un movimiento de piedras, vegetación y tierra que se produce debido a la falta de firmeza del suelo. Ese desplazamiento puede ser rápido o lento, según el caso.
En los casos más graves, un deslizamiento puede terminar con la vida de un gran número de personas, tal como sucedió con la presa de Vajont en 1963. Además puede provocar pérdidas materiales de importancia, destruyendo viviendas y anegando caminos.
Incluso se pueden producir deslizamientos de residuos cuando se acumulan toneladas de desechos en las montañas que se crean en vertederos. En abril de 2017, más de una veintena de personas murieron en Sri Lanka por un deslizamiento de este tipo.
En el ámbito de la física, el deslizamiento es uno de los muchos fenómenos que estudia, para dar la mayor cantidad de datos que nos ayuden a analizarlo y, si así lo deseamos, provocarlo. En este caso no hablamos de masas de tierra, aunque por medio de esta ciencia también podemos explicar los accidentes antes mencionados, sino que la representación básica nos habla del deslizamiento de un cuerpo sobre un plano inclinado.
El cuerpo en cuestión, una esfera perfectamente pulida, se desplaza con un movimiento rectilíneo acelerado uniformemente, es decir que su avance tiene velocidad constante y se da en una línea perfectamente recta. Si lo ubicamos sobre un plano con una cierta inclinación, dadas la combinación con otras propiedades propiedades, se deslizará hacia el centro de gravedad; si bien fuerzas como la de rozamiento y otros obstáculos podrían frenar la esfera o alterar su velocidad, en el ejemplo teórico no existen tales problemas.
El deslizamiento ocurre porque todos los cuerpos se ven sometidos a la atracción de la fuerza de gravedad que ejerce constantemente nuestro planeta; si a eso le sumamos la ubicación en un plano inclinado y valores bajos o nulos de rozamiento, se espera que comiencen a descender hasta que la inclinación del suelo sea mucho menor o nula, o bien hasta que un obstáculo los obligue a detenerse.
Con respecto al valor de la aceleración, en este caso es mayor cuanto más inclinado se encuentre el plano. En caída libre, donde el ángulo entre la Tierra y la trayectoria del cuerpo es recto (o sea, de 90°), la aceleración de la gravedad es de 9,8 metros por segundo cuadrado. Para las superficies con ángulos de inclinación diferentes, la ecuación consiste en multiplicar dicho valor de la gravedad máxima por el seno del ángulo.