Se conoce como destajo al trabajo ajustado por la cantidad alzada, y no según el jornal. El precio o ajuste alzado, en tanto, se establece en una cierta suma, sin vincularse al resultado de una evaluación.
Cobrar por el trabajo realizado
Puede decirse que el destajo, por lo tanto, es una modalidad de contratación laboral a través de la cual el trabajador cobra por el trabajo que realiza, y no por el tiempo que dedica a la actividad. El jornal, en cambio, es una remuneración fija por hora o día de labor.
Un contrato de trabajo a destajo fija que la remuneración se basa en la cantidad de obras o unidades que la persona realiza en una jornada. Por lo tanto, depende de la productividad y no de las horas trabajadas.
Supongamos que un joven es contratado para cosechar manzanas en un campo. Este muchacho cobra 10 pesos por cada kilogramo de manzanas que cosecha: es decir, trabaja a destajo. Si un día cosecha 20 kilogramos, cobra 200 pesos; si al día siguiente cosecha 15 kilos, recibe 150 pesos. Por el contrario, si hubiera acordado un jornal de 180 pesos por jornada, por mencionar una posibilidad, siempre obtendría ese monto, sin importar cuántos kilos coseche.
Orígenes
Debemos remontarnos a la antigua Roma para encontrar los orígenes del trabajo a destajo, modalidad que más adelante formaría parte del sistema de gremios. En la modernidad, se arraigó a lo largo de la Revolución Comercial, el período en el cual el continente europeo se expandió a nivel económico, que se extendió desde la última parte del siglo XIII hasta comienzos del XVIII.
Se estima que ya en el año 1495 existiera esta forma de trabajo, porque el humanista español Antonio de Nebrija incluyó la palabra «destajo» en su Vocabulario Español-Latino. De ser así, los miembros del gremio que contaban con su propio taller artesano y que podían asignar parte de su trabajo a un oficial a quien pagaban un salario (los denominados maestros artesanos) probablemente comenzaron a implantar el sistema a destajo en aquella época.
«A destajo»
En el lenguaje coloquial, la expresión a destajo se emplea como locución adverbial con referencia a aquello que se hace sin pausa, de manera esforzada o con prisa para terminarlo cuanto antes. Por ejemplo: “Estuve limpiando la casa a destajo para que todo esté listo antes de la reunión”, “Tengo que firmar documentos a destajo así finalizo el trabajo y puedo irme de vacaciones”, “El presidente miente a destajo”.
Veamos las tres oraciones recién expuestas para entender el sentido de la locución adverbial en cada caso. Recordemos, antes de comenzar, que en esta acepción del término destajo no se implica el dinero ni una relación laboral, sino que de ese contexto se toma simplemente la importancia de completar las tareas, con el agregado de hacerlo en el menor tiempo posible, ya que en ambos casos existe una recompensa.
El emisor del primer ejemplo afirma haber limpiado la casa de la manera más eficiente posible, con la intención de terminar antes de que comenzara la reunión. Su beneficio, en este caso, es el impacto positivo que causarán en las demás personas la higiene y el orden de su hogar. En la segunda oración, por otra parte, el objetivo del emisor es comenzar sus vacaciones cuanto antes, para lo cual se propone finalizar sus tareas tan pronto como sea posible.
Finalmente, el tercer ejemplo menciona a un presidente que acostumbra decir mentiras, rasgo que lo convierte en una persona poco fiable y en un dirigente absolutamente perjudicial para cualquier país. Cabe agregar que en el diccionario de la Real Academia Española también existe la locución verbal coloquial hablar a destajo, que significa «hablar demasiado».