Discípulo es un término que tiene su origen en un vocablo latino y que sirve para referirse a un individuo que sigue una determinada doctrina.
Para que exista un discípulo (o seguidor) es necesario que exista un maestro (o líder). El maestro le inculca a su discípulo una determinada doctrina, línea de pensamiento o estilo artístico intentando guiarlo en su crecimiento. Esta enseñanza puede hacerse de forma directa: hablando con él y corrigiéndolo cuando su accionar se contrapone a los principios de la doctrina; o indirectamente: a través de sus obras (un discípulo de Goya puede ser alguien que haya nacido en otra época que intente seguir sus pasos, emulando su estilo creativo).
Un alumno o aprendiz
En el habla coloquial suele utilizarse este concepto también como sinónimo deaprendiz, alumno o estudiante.
Por ejemplo: “El artista francés está considerado como uno de los principales discípulos de Gerhard Richter”, “El escultor siempre se encarga de resaltar que no tiene ningún discípulo ya que, según afirma, nadie logró captar la esencia de su obra”, “Te presento a mi discípulo: él es el mejor alumno de mi taller literario”.
Como dijimos antes, un discípulo puede estar ligado a una determinada corriente o escuela aunque viva en tiempos posteriores a los vividos por el maestro. En ese sentido se entiende que Albert Camus haya sido discípulo de Friedrich Nietzsche, e incluso que este tuviera muchos discípulos no contemporáneos.
Los discípulos de Jesucristo
Los discípulos de Jesucristo fueron los doce apóstoles escogidos por el propio Jesús para que lo ayudasen a predicar su palabra y difundir sus ideas religiosas.
Estos primeros discípulos no solo lo acompañaron durante su vida sino que permanecieron a su lado, cumpliendo sus mandatos, después de que Jesús muriera. Entre ellos había dos que eran los que, según se registra en los evangelios, tenían un trato más cercano con Jesús; se llamaban Juan y Pedro. Los diez restantes eran Simón, Andrés, Jacobo, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Tadeo, Simón el cananita, y Judas Iscariote.
Cuando Jesús ascendió, los discípulos formaron un grupo selecto de seguidores que continuaban divulgando lo aprendido de su maestro. Vivían todos juntos y se los conocía, y así pasaron a la posteridad, como la «Primera Comunidad Cristiana«.
La primera comunidad
La base fundamental de esta comunidad era la caridad. Todos los bienes se compartían al igual que se compartía la comida y lo cosechado. Eran como una gran familia donde no existían jerarquías y donde todos procuraban poner de su parte para que los demás estuvieran bien. El lema fundamental era trabajar juntos por el bien común a la vez que servían a Cristo, difundiendo su palabra por toda la región. Cabe mencionar que esta primera comunidad también contó con la presencia de María (la madre de Jesús) y María Magdalena.
Esta primera comunidad fue un ejemplo de vida en sociedad, al que muchas ideologías religiosas y no religiosas han intentado igualar. Un caso semejante es el de los Kibuts en las comunidades judías: donde la unidad y el bien común eran el principal sustento de estos grupos. Como caso no religioso podemos nombrar el comunismo, que intentó basarse en esos mismos principios, pero en este caso, el experimento no tuvo resultados positivos.
Pese a lo que narran los evangelios, se tienen muchas dudas respecto a si realmente esta vida tal cual se la describe en ellos fue posible, teniendo en cuenta lo ambiciosa y egoísta de la naturaleza humana.
Los discípulos más allá de los doce apóstoles
En la actualidad el concepto de discípulos de Jesús se ha ampliado para denominar a todos los cristianos, por tener en común con esos apóstoles el seguimiento de Cristo y la divulgación de su evangelio.
Es importante tener en cuenta que muchos otros líderes religiosos o espirituales, como Mahoma, Buda o Confucio, también han tenido o tienen discípulos ya que son considerados como maestros o guías.