La comunicación fluida y el respeto son claves para mantener un vínculo sano de pareja superando con amor los desacuerdos y evitando o minimizando así eventuales estados de disconformidad.
Disconformidad es un vocablo al cual la Real Academia Española (RAE) le reconoce dos acepciones. Según se advierte al consultar el diccionario de dicha institución, esta palabra como sinónimo de inconformidad y discrepancia se emplea para evidenciar las diferencias surgidas entre una cosa y otra respecto a finalidades, formas o esencias. Como antónimos, en este caso, se aceptan términos como concordancia y conformidad.
Asimismo, se utiliza la idea de disconformidad con el propósito de aludir a un desacuerdo, una oposición o un disentimiento en relación a una voluntad o dictamen.
La disconformidad, es decir, aquello que experimenta y manifiesta alguien que no está satisfecho o conforme con algo a nivel personal o laboral, suele impactar en las relaciones interpersonales. En la práctica, está conectada con asuntos propios de los campos de la sociología, el derecho y del empleo, por ejemplo. Al rastrear sus alcances queda visibilizada la existencia del acta de disconformidad, tal la denominación del documento emitido en el marco de una inspección fiscal ante la negativa de un contribuyente a aceptar la propuesta formulada desde el área de Inspección de Tributos (u órgano competente) para regularizar su situación.
Temas
ResumenCausas de la disconformidad
Una disconformidad puede surgir en diferentes contextos y por una enorme cantidad de razones muy distintas entre sí.
En líneas generales, sin embargo, los principales disparadores de una situación de disconformidad son cuestiones que, por algún motivo, provocan descontento, malestar o insatisfacción.
Una incongruencia o un desequilibrio entre las expectativas y la realidad, así como las injusticias y los conflictos que se desencadenan cuando las creencias y los valores entran en cortocircuito llevan, asimismo, a sentir disconformidad.
No conformarse e ir siempre por más en todos los planos para evolucionar como ser humano, por otra parte, da origen a una disconformidad constructiva a escala individual, mientras que una circunstancia o medida que perjudica a muchos ciudadanos puede ser el punto de partida de expresiones de disconformidad colectiva.
En el día a día abundan los ejemplos de disconformidad. Un futbolista, por describir un caso concreto como referencia, puede resolver no renovar contrato con la institución que lo tiene fichado por estar disconforme y a disgusto en ese club. Quizás la falta de apoyo por parte de varios de sus compañeros o no ser tenido en cuenta como titular para partidos importantes explican su desmotivación y desazón. Los docentes disconformes con su salario, en tanto, en varias ocasiones resuelven cesar sus actividades por uno o más días y adherirse a marchas para reclamarle a las autoridades incrementos de sueldo. Tras asistir a un restaurante y tener allí una vivencia no grata a raíz de una discusión con el camarero desencadenada por la no coincidencia entre los precios del menú y lo facturado al cliente al culminar la cena, por otra parte, un comensal puede utilizar las redes sociales y otros espacios virtuales para hacer pública su disconformidad e indignación por lo sucedido.
Al firmar un documento pese a no estar de acuerdo con su contenido es posible manifestar la disconformidad con la aclaración pertinente.
Aspectos positivos
Así como la disconformidad suele traducirse en quejas, reclamos, reproches, cuestionamientos, planteos y otras reacciones negativas que pueden estar cargadas de agresividad, la falta de conformidad también funciona en algunos escenarios como estímulo y motor de cambio.
Entre los aspectos positivos de actuar o reaccionar desde la insatisfacción o el descontento aparecen el desarrollo de la creatividad y las ganas de modificar algo para crecer y avanzar en dirección a un estado de plenitud.
La disconformidad suele resultar útil, de igual modo, para fomentar el pensamiento crítico y apostar por la innovación.
En el ámbito comercial, por otra parte, es común que se analice el efecto de un servicio o producto prestando atención a la reacción de los clientes. Cuando se multiplican los disgustos y llueven las críticas que reflejan la insatisfacción o desilusión de los consumidores entra en juego la noción de disconformidad negativa, mientras que los comentarios elogiosos, las felicitaciones y el respaldo del público dando cuenta de una sorprendente superación de sus expectativas se define como disconformidad positiva.
Entre los tipos de disconformidad que existen se reconocen, entre otros, la positiva y la negativa.
Manifestaciones de disconformidad
La disconformidad se manifiesta de múltiples maneras, según sea la personalidad y la realidad de cada sujeto que la experimenta.
Algunas personas, ante un suceso con el cual están en desacuerdo o un panorama que les genera desagrado o las incomoda, optan por el enojo, el lamento y la indignación.
Las expresiones de disconformidad, además, suelen oscilar entre muestras de bronca y malestar frente a una resolución de la Justicia o una disposición gubernamental que para cierto sector de la población es injusta.
Cuando el estado de disconformidad se extiende en el tiempo, la frustración y la amargura se vuelven una constante que quita calidad de vida y atentan contra el bienestar de uno mismo. Por eso siempre es conveniente evitar la negatividad y abordar con buena energía todo obstáculo o situación indeseada en pos de superar los desafíos o problemas que van apareciendo.
Publicado por 
