Dominación, cuya raíz etimológica se halla en el vocablo latino dominatio, es el acto y el resultado de dominar: ejercer dominio (poder, control) sobre alguien o algo.
Autoridad o mando
El concepto de dominación puede emplearse para aludir a la autoridad o el mando que aquel que ostenta la soberanía tiene sobre una región o una entidad. El término suele referirse específicamente a la imposición de una postura o una orden, y no al consenso o a las reglas democráticas.
Para la sociología, de hecho, la dominación se produce cuando un grupo o un individuo están en condiciones de imponer sus creencias, sus visiones y sus ideas ya sea por la fuerza, mediante amenazas o incluso a través de la persuasión. Esta sumisión se basa en el miedo de aquellos que son dominados, quienes temen sufrir represalias o perder sus medios de supervivencia.
La dominación implica una relación desigual. Hay alguien que domina, estableciendo las condiciones, y otro que se encuentra subordinado.
Dominación carismática
Se llama dominación carismática, también en el terreno de la sociología, a aquella que se da principalmente por medio de una sumisión prácticamente absoluta hacia alguien que, por diferentes razones, asume el papel del «dominador». Por ejemplo, éste último puede haber llevado a cabo algún hecho muy beneficioso para la persona dominada, que le haya salvado la vida, o bien es posible que exhiba ciertos rasgos de su personalidad que lo postulen como un ejemplo a seguir.
Podemos señalar tres aspectos fundamentales de la dominación carismática, que sirven para distinguirla de otras formas. Comencemos por la obediencia que el dominado presta al dominador (nótese que ambas partes pueden estar representadas por un individuo o un grupo). En este caso, lo que prima es el carisma de este último, mucho más que cualquier otra característica, y es gracias a este recurso innato que consigue destacar y, por consiguiente, ofrecer algo sin precedentes que resulta difícil de rechazar.
No olvidemos que el carisma es algo con lo que se nace y que influye de manera determinante en las dinámicas de un grupo social: quien cuenta con este rasgo en su personalidad (que siempre aparece junto con una extraordinaria capacidad de persuasión) suele posicionarse como jefe o líder de los grupos que integra, ya que los demás sienten una cierta seguridad si él está al mando. Otro punto a tener en cuenta es que debe existir una serie de condiciones que le permitan al dominador alcanzar su rol y ejercer su poder; no surge de la nada, sino que aprovecha una situación social para actuar y llamar la atención de sus potenciales seguidores.
Por último debemos mencionar la inevitable inestabilidad que vive el jefe de la dominación carismática. Si bien consigue un grado de lealtad muy por encima de lo normal, la historia de la humanidad nos demuestra que esto no dura eternamente. Por esta razón, el dominador es ve obligado a renovar la confianza de sus seguidores por medio de victorias para justificar su permanencia en el poder.
Para el deporte
Es posible hallar situaciones de dominación en diferentes ámbitos. En el terreno del deporte, por ejemplo, la dominación se asocia a la superioridad de un equipo frente a otro. Si un seleccionado de fútbol derrota a su rival por 8 a 0, puede decirse que su dominación fue muy marcada.
Dominación económica
En el plano de la economía, la dominación surge cuando una empresa puede incidir en la estructura del mercado por sus recursos financieros o su influencia política. Cuando la compañía en situación de dominación aprovecha su lugar de privilegio en detrimento del resto de los actores, se produce un abuso de posición dominante, una falta contemplada en el derecho de la competencia.