Se denomina dopaje al acto y el resultado de dopar: suministrar ciertas sustancias con el objetivo de potenciar de modo artificial el funcionamiento orgánico, poniendo en riesgo la salud. El dopaje es una práctica prohibida en el ámbito del deporte.
También conocido como doping, el dopaje implica la utilización de sustancias que generan un rendimiento excepcional del organismo, aunque con posibles efectos colaterales dañinos para la salud. Debido a este peligro y a que impide la normal competencia y desvirtúa el espíritu deportivo, el dopaje es sancionado en el deporte profesional.
Cada disciplina cuenta con un código donde se especifican qué sustancias y métodos se encuentran prohibidos. A través del control antidoping, las autoridades analizan la orina de los deportistas en búsqueda de fármacos ilícitos: si se comprueba que un atleta incurrió en el dopaje, se lo sanciona.
Los esteroides están entre las sustancias más empleadas en el dopaje ya que permiten incrementar la fuerza y la masa muscular. Los narcóticos, por otra parte, reducen el dolor y ofrecen un efecto tranquilizante. Los estimulantes, en cambio, hacen que el consumidor esté más activo y no sienta fatiga.
También se considera dopaje el consumo de diuréticos. Esto se debe principalmente a que ayudan a eliminar otras sustancias prohibidas y, por lo tanto, protegen al infractor en las pruebas antidoping.
Uno de los mayores escándalos de dopaje en el deporte fue protagonizado por el ciclista estadounidense Lance Armstrong. Luego de diversas acusaciones e investigaciones, Armstrong se vio forzado a admitir que utilizaba sistemáticamente testosterona y eritropoyetina (EPO) y que se sometía a transfusiones sanguíneas para lograr una mejora en su rendimiento. Ante esta situación, se le quitaron los siete trofeos que había conseguido en el Tour de Francia y la medalla de bronce que obtuvo en los Juegos Olímpicos de 2000. Como si esto fuera poco, lo suspendieron de por vida.
La historia de Armstrong es una de tantas que pueden usarse como ejemplo para aprender varias lecciones de gran importancia en la vida. Por un lado, debemos respetar las reglas de los torneos y las competencias, aunque no nos gusten, ya que estadísticamente la mayoría de nuestros contrincantes lo harán, y resulta injusto para ellos aplicar técnicas ilícitas para correr con ventaja.
Pero lo más importante no reside en el hecho de que recurrir al dopaje sea sinónimo de hacer trampa en este marco, sino la falta de confianza en uno mismo que representa. Si bien debemos entender que los deportistas profesionales se ven obligados a soportar etapas de mucha presión, ya que de su rendimiento y de sus aciertos puede depender el destino de un equipo entero, resulta muy triste pensar que alguien no confié en sus conocimientos y en su preparación al punto de creer que necesita de un fármaco para obtener la victoria.
Veamos a continuación las diez infracciones que contempla el artículo 2 del Código Mundial Antidopaje:
* la presencia de sustancias consideradas prohibidas, o bien de sus marcadores o metabolitos, en la muestra de orina;
* usar o intentar usar una de estas sustancias o bien un método ajeno a las reglas durante la práctica del deporte;
* negarse a entregar la muestra;
* no presentarse en la fecha establecida para la prueba;
* manipular o intentar manipular alguna fase del control de dopaje;
* tener una sustancia prohibida en su posesión;
* traficar o intentar traficar alguna sustancia o método prohibidos;
* administrar o intentar administrar un producto prohibido a un tercero dentro o fuera de una competición;
* ser cómplice de alguna de las infracciones de esta lista, tanto asistiendo a un deportista como incitándolo a cometerlas;
* asociarse con alguien que haya sido condenado o sancionado por recurrir al dopaje.